Argentina buscará el aporte privado y extranjero para detener el éxodo de científicos tras un desarrollo profesional que no encuentran en el país, dijo Adriana Puiggrós, secretaria de Ciencia y Tecnología. "Ponemos un esfuerzo enorme en producir científicos y después los exportamos. Creo que hay que lograr que se creen más puestos de trabajo y en eso también la iniciativa privada es importante", sostuvo la funcionaria.
En ese marco anunció que "seguiremos con las subvenciones a empresas pequeñas y medianas, vamos a ensanchar esto con un nuevo préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También queremos motivar a las provincias y empresas a que inviertan", agregó.
Con presupuestos restringidos en universidades, falta de infraestructura básica, escasos subsidios de empresas privadas y sin un esquema industrial que demande investigaciones autónomas, Argentina expulsa por año a decenas de profesionales y científicos que no logran insertarse en el país que alcanza casi el 15 por ciento de desocupación.
Puiggrós asumió su cargo a fines de febrero, luego de la renuncia del anterior secretario ante la falta de apoyo de la comunidad científica a un plan de reestructuración del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el organismo estatal que subsidia la producción científica.El Conicet cuenta con un plantel de 3.500 investigadores, cuyos salarios no superan en promedio los 1.000 pesos (dólares) mensuales.
"El Estado nacional tiene que garantizar una masa crítica de personal capacitado, de instituciones, de investigaciones en marcha, de financiamiento, que permita que el sistema funcione permanentemente, que no haya éxodo de científicos", explicó la funcionaria. "Luego sobre eso que se sume la inversión provincial y la inversión privada", agregó.
Hay pocos recursos
Si bien el gobierno nacional considera el fomento de la ciencia y la tecnología como políticas de Estado, Puiggrós se queja de que el presupuesto de 800 millones de dólares destinado al área es insuficiente. "El presupuesto no es suficiente. La inversión pública nacional sigue siendo de alrededor del 0,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Internacionalmente se considera que el 1 por ciento del PIB es suficiente", señaló.
Argentina es un país expulsor de científicos, a pesar de ser el único de la región con tres premios Nobel en ciencias: Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein.
Milstein -quien en 1984 obtuvo el Nobel de Medicina por sus contribuciones al desarrollo de la biología molecular- se fue del país en 1962 por el desmantelamiento del centro de investigaciones en el que trabajaba. El científico vive actualmente en Gran Bretaña y se desempeña en el Centro de Investigaciones Químicas de la Universidad de Cambridge.
"Yo creo que hay que exportar investigación y tecnología, no personas, que es lo que sucede. La idea es que los investigadores se vayan a las universidades o a la industria. Lo que no puede ser es que se vayan del país", consideró Puiggrós.
Un programa de intercambio
Ante la gran masa de científicos argentinos residentes en el exterior, la Secretaría desarrolla un programa denominado Raíces, que se propone tender una red electrónica entre los investigadores que viven fuera del país y quienes están en Argentina, con el objetivo de fomentar el intercambio.
"La idea es tender una red electrónica, pensando la creación de los científicos con una mentalidad del siglo XXI. Estamos conectados ya con 1.200 científicos en el exterior, con los cuales tenemos coordinación permanente", indicó Puiggrós.
El programa pretende aprovechar la transferencia de conocimiento sin repatriar a los investigadores.
La Ciudad
