Transporte: para llegar a Santiago de Compostela puede optarse por viajar en avión desde el aeropuerto de Barajas, donde los vuelos son diarios. Los vuelos de Iberia hacen un recorrido que parte de Buenos Aires, hace escala en Madrid hasta arribar a Santiago, que ronda los 900 pesos más impuestos, hasta el 31 de mayo. También, en tren hay dos salidas diarias o en micro donde la frecuencia es mayor. En estos dos últimos, el precio del pasaje promedia los 50 dólares. Paseos: Santiago cuenta con muchos sitios de compra de artesanías y productos regionales, también con las cadenas de tiendas famosas. Sin embargo, bien vale el sitio para disfrutar de sus comidas y museos donde las entradas promedian los 8 dólares. Alojamiento: los lugares para alojarse varían entre hoteles lujosos, hasta las casas de particulares que en épocas de muchos visitantes ofrecen sus habitaciones para los peregrinos. También existe en Santiago la Oficina del Peregrino, en la Rúa do Vilar, 1. Guías: los sitios de visita son muchos, con abundante información histórica, por eso en este caso las guías se vuelven buena compañía. Otra buena alternativa es recorrer la ciudad en grupo, acompañados por un guía profesional. La oficina de turismo ubicada en pleno casco histórico ofrece muy buena y variada información. Imperdible: fuera de la ruta del paseo turístico obligado bien vale la pena conocer a primera hora de la mañana el mercado central, que conserva construcciones medievales y que ofrece todo tipo de productos típicos. Está ubicado en el casco histórico de la ciudad. Idioma: una norma que deberán tener en cuenta quienes visitan Santiago es el celoso respeto que los galegos hacen de su lengua. Por eso es muy frecuente escucharlos pedir que en Galicia se hable en galego. Informes: buena y muy completa información sobre direcciones, precios, horarios, datos para peregrinos y hasta del tiempo se ofrece en Internet, en el sitio www.galinor.es/santiago
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