Los fondos ilegales que ciertos policías obtienen de algunos empresarios de la noche y de titulares de remiserías, cuyos detalles tuvieron amplia difusión hace dos semanas, no son ingresos aislados. Son los aportes menos significativos de una poderosa maquinaria recaudatoria cuyos engranajes funcionan regularmente y de modo institucionalizado. El dinero procede de personas que, desde los rubros más dispares, compran en efectivo tolerancia para sus acciones ilícitas, o para desarrollar normalmente sus actividades legales. Lo colectan brazos de la misma fuerza que destinan esos tributos hacia escalafones superiores. Que son los que se apropian y contabilizan una montaña de billetes de aquellas operaciones cerradas en ámbitos subterráneos y a ritmo mensual.
Dos fuentes en actividad de la Unidad Regional II, uno de ellos un ex jefe de seccional arrepentido de su conducta recaudadora, y un funcionario del Poder Judicial revelaron, en lugares y momentos distintos, los mismos pormenores del movimiento de las cajas negras de la policía. Hablaron de cómo desde hace un tiempo fue alterado el estatuto recaudatorio, que pasó del régimen porcentual al aporte fijo. Describieron con pelos y señales cómo se constituye, según las contribuciones y sector por sector, ese presupuesto clandestino. Un presupuesto que —entre lo que sube por las secciones de Jefatura y las 30 comisarías de Rosario— cierra por mes con un superávit de no menos de 300 mil pesos.
Distintos productores de bienes y servicios abonan sus cuotas cada 30 días. Hay ingresos por falsos servicios adicionales y enjuagues con sobrefacturación en compras. Se recauda por juego clandestino, prostitución, curanderismo y contrabando. Pero pagan también desde el rubro hotelero, talleres mecánicos, operaciones con automotores y agencias de vigilancia.
El dinero llega a Jefatura, dicen las fuentes, por doble vía. Recaudan desde secciones de la Jefatura y también desde las comisarías. Como no todos los ámbitos son igual de rentables hay un delicado juego de compensaciones: para que nadie quede fuera de los beneficios circulan sobres hacia las áreas menos favorecidas. De ese modo se evita que nadie se sienta económicamente en desventaja.
El rompecabezas
En Jefatura, bajo la Agrupación Unidades Especiales, la principal esfera recaudadora es la sección Leyes Especiales. Su órbita es la del juego clandestino y hay empleados de allí a un (bajo) sueldo fijo. Se les cobra mensualmente al capitalista de juego quien paga una cifra fija y no, como antes, proporcional a sus recaudaciones. Cada banquero paga cerca de 400 pesos y por planillero se liquida entre 50 y 100 pesos. Toda la red del juego ilegal implica, por mes, 110 mil pesos. Ese es el monto a constituir y el que llega arriba para que se armen los salarios de los recaudadores. No pagar implica, para un capitalista, el inmediato cese de su actividad. Los policías rinden el dinero grande el día 5 y desde la Jefatura bajan los sueldos unos días después.
La sección Moralidad Pública obtiene dividendos por la prostitución. Recauda en night clubs, whiskerías y salones nocturnos con habitaciones donde se mantiene sexo pago, que rinden entre 250 y 300 pesos por semana. También cobran en confiterías y en algunos bares. En las primeras a veces es para tolerar la presencia de menores y para evitar procedimientos que ahuyenten la clientela. En los segundos para hacer la vista gorda en casos donde se sirve alcohol a chicos que tienen menos de 18.
Los hoteles de baja categoría rehuyen a menudo la obligación de asentar sus clientes en un registro de pasajeros. Como no puede asentarse cada 24 horas más de un contratante por habitación y, en rigor, éstas suelen alquilarse más de una vez durante el día para prácticas de sexo, hay hoteleros que pagan a Moralidad para que se ignore que fueron varios los que pasaron por el mismo cuarto.
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Rebusques
Moralidad aporta, según lo informado, 17 mil pesos por mes a la superioridad. El remanente se reparte entre algunos de sus hombres. "Hay algunos empleados a los que, fuera de esto, les queda el rebusque de las putas de la calle. Las aprietan a ellas para no detenerlas. Una prostituta pone entre 30 y 50 pesos por semana", dijo uno de los informantes.
En la Brigada de Investigaciones, aseguran los informantes, la recaudación es muy baja y no desagua en la caja. Algún arreglo proviene de la compraventa de oro y pagan los comerciantes. La razón: "el 90 por ciento de los abonados compra el oro choreado y entonces tiene que garpar si no quieren represión a ese delito". Esta sección, ex Robos y Hurtos, pacta aparte con "punguistas, mecheras y descuidistas que a cambio de sus cuotas trabajan en zonas liberadas".
Otra esfera que paga en otro sitio la integra un lote de parapsicólogos, curanderos, tarotistas y parteras que practican abortos abonan sus cuotas periódicas a un hombre de Seguridad Personal. El negocio de estas personas se convierte en una falta cuando le cobran a su clientela. Ahí llega un oficial para retirar el canon a fin de garantizarles continuidad laboral. Lo que se levanta es poco en términos de plata. La recaudación en esta sección ronda los 10 mil pesos.
La sección Sustracción de Automotores también tiene su rebusque aunque no aporta a la caja negra. Levantan su cuota —2.500 pesos mensuales— en algunos talleres de chapería y pintura y en alguna agencia de vehículos de medio pelo. "A los talleres los aprietan por los autos cortados. El taller tiene que tener registro de todo vehículo que entra con su documentación para que si la policía cae pueda acreditar que no es ni tiene partes adulteradas. A las agencias de autos cuando no está normalizada la documentación de un auto a transferir. Hay desarmaderos que dejan su chirola porque lo más común es que compren autos choreados para desmontar", indicó una fuente y lo corroboró otra.
La oficina que supervisa las agencias de vigilancia recoge unos 3 mil pesos por mes. Cobran porque muchas empresas o no están en regla o tienen deficiencias administrativas: hacen servicios con vigiladores no debidamente autorizados, no declaran servicios o mantienen personal sin tenencia regular de armas. Para que ello no dificulte las contrataciones se debe pagar tributo.
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Las comisarías
Este circuito no solamente lo recorren las secciones de Jefatura. Por los mismos hechos, también cobran las comisarías, aunque cada vez con poder más menguado a raíz de la compartida competencia con los hombres de la sede de la Unidad Regional II.
Cada seccional debe, cada mes, rendir una suma fija. Si la recaudación no llega a esa pauta hay responsables en las comisarías que deben compensar de su bolsillo los fondos requeridos. "La represalia es la remoción, hay 40 personas esperando una oportunidad, el banco de suplentes es muy grande", remarcó uno de los voceros.
La línea ascendente de los sobres, una vez que se hizo la recaudación en comisarías, cubren un recorrido regular. "Uno va al inspector de zona, otro a Orden Público, otro a Subjefatura y otro a la Jefatura de Unidad", relataron a coro las tres fuentes consultadas.
Claro que no todas las remesas son suculentas. "Hoy las comisarías están muertas de hambre. Se paga según la zona. Hay tres o cuatro que son rentables, las otras están muertas", destacan los que conocen el fenómeno desde adentro. Una de las comisarías que está dentro de los bulevares, a modo de ejemplo, coloca 800 pesos en cada uno de sus sobres. Las más alicaídas no dejan de contribuir pero sus cuotas son más bajas.
Hay inspectores de zona, a cargo de áreas de seccionales, que reciben sobres de las comisarías de su jurisdicción. "Pero a la vez tienen secretarios que recorren esas dependencias y —visitando a los mismos proveedores—se llevan la mitad de lo que le queda a un comisario: si el jefe cobra 500, los secretarios colectan 250", plantean. Los inspectores deben cursar sobres a Orden Público, Subjefatura y Jefatura.
Hay áreas de Jefatura que tienen sus rebusques sin rendir hacia arriba. En la Agrupación Cuerpos, el Cuerpo Guardia de Infantería (conocido como el batallón) hace su agosto con la vigilancia adicional "por zurda": un viejo ardid que consiste en cargar muchos más servicios de custodia que los efectivamente prestados, una modalidad de sobrefacturación. Tránsito recibe tributos de varias empresas que circulan por rutas con mercadería no siempre en regla, dispuestas a pagar para no ser molestadas. De esta sección, Cuerpos recibe unos 2.500 pesos por mes, que no aporta a Jefatura.
Otra sección que contribuye a Cuerpos es el Comando Radioeléctrico. Además de los adicionales inflados, el Comando hace negocios con el combustible. "Con la nafta es simple: cada patrulla del Comando recibe por turno un vale de 20 litros que se suele negociar con las estaciones de servicio. Es regular que por un vale de 20 litros, que supone una venta de 21 pesos, el playero le cargue 10 litros y al vigilante le dé 10 pesos. El comerciante se quedará con 10 litros que venderá a un cliente cualquiera y a la Jefatura le exigirá el reintegro de los 20 litros del vale: 21 pesos. Negocio para el policía que entregó el vale llevando la mitad de la nafta y óptimo ingreso para el playero", revelan los conocedores del paño.
Otros dividendos son remesados desde la oficina de Documentación, en Catamarca al 1200, a Criminalística. "Cobran certificados de conducta y la tramitación de la cédula y no deberían hacerlo. Pasa muchísima gente y se levanta una carretilla de plata". También tiene su parte la oficina de Revenidos, en Alem al 2000, se rinde dinero "para hacer pasar vehículos que están adulterados por buenos". En Verificación de Automotores (Rioja al 2800) "hay arreglos con agencias de autos 0 km. El vehículo nuevo tiene que salir con un informe de verificación. Pero para no rodar y desgastar el auto, lo que suele disgustar al cliente, hay agencias que pagan para que esta oficina intervenga los formularios sin hacer la constatación".
Los servicios adicionales de vigilancia que asigna la oficina de Policía Adicional con asiento en la Jefatura generan continua liquidez para Operaciones. Las irregularidades con parte de esos servicios que se facturan y no se prestan merecieron investigaciones —totalmente estancadas— en el juzgado de instrucción Nº 3 y en la Dirección de Asuntos Internos. Lo que nutre la caja institucional.
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La Ciudad
