El reciente viaje de Kevin Costner a Cuba y su reunión con Fidel Castro no es producto de la casualidad. Fue parte de una estrategia publicitaria que el propio actor y productor de "Trece días" supo vestir de misión evangelizadora. En realidad, el hecho de ver junto al líder cubano la película fue la culminación de un operativo que el actor de "Danza con lobos" inició a partir de que la película estaba lista para la exhibición. En este sentido, cabe recordar que en los primeros días de marzo último Costner pidió a los líderes mundiales ver su película, porque estaba convencido que no se están tomando suficientemente en serio la posibilidad de un conflicto nuclear. El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, vio "Trece días" en la Casa Blanca, como también la ha visto el ex presidente Bill Clinton. Posteriormente, el actor viajó a Inglaterra para el estreno del filme en Londres, y declaró que esperaba que el primer ministro Tony Blair la viera. "Es obvio que esta es una película política. Y quiero que Tony Blair la vea", dijo el actor de Hollywood al diario Independent. Y añadió: "Tenemos una actitud muy extendida de que este problema ha dejado de existir. Pero en el mundo hay miles de misiles nucleares. ¿Por qué pensamos que estamos más seguros que antes? El hecho es que nadie quiere oír hablar de esto". En su visita a Cuba a Costner le fue bien con Castro aunque no con la prensa, que criticó duramente al filme. Fidel calificó de "valiente" la actitud del equipo de "Trece días". "No tengo dudas de los propósitos que animaron a hacer este filme", dijo el gobernante cubano, aunque advirtió que "el material muestra solamente la visión del hecho en cuestión desde las perspectivas de las discusiones sostenidas en la Casa Blanca durante los días de la crisis".
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