Un buque con cerca de 250 niños esclavos navegaba ayer, al parecer de regreso hacia Benin, en el oeste africano, después de ser rechazado en dos puertos de la zona, indicaron ayer fuentes oficiales y agencias humanitarias en Cotonou, la capital financiera del vecino país. La nave, que partió en forma clandestina de esa ciudad hace dos semanas, trató de desembarcar su carga humana, procedente del mismo Benin y el aledaño Togo, en Gabón y Camerún. Las autoridades de estos dos últimos países, también situados en las costas del golfo de Guinea, no permitieron al buque desembarcar en sus puertos.
La embarcación, de bandera nigeriana -pero fletada por una firma de Benin-, zarpó anteayer del puerto camerunés de Douala y era esperada ayer en Cotonou, señalaron portavoces del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
No obstante, hay más de media docena de puertos nigerianos en la ruta y puede haber atracado en cualquiera de ellos, señalaron las fuentes de la agencia humanitaria, que aguardaban con las autoridades de Cotonou el regreso de los niños benineses.
Las autoridades de Benin y organizaciones no gubernamentales establecieron centros de recepción donde los menores serán alojados temporalmente hasta que se les pueda identificar y, en los casos que sea posible, reunir nuevamente con sus familias.
"Agentes de colocaciones"
En las comunidades pobres de Benin y Togo, los padres venden algunas veces a sus niños a 15 ó 20 dólares a agentes de colocaciones, quienes prometen educarlos y conseguirles empleo en otros países de Africa occidental.
Esta mano de obra barata es empleada por patrones sin escrúpulos en plantaciones de cacao y café. Otro de los destinos de los niños suelen ser Gabón, Camerún, Nigeria y Costa de Marfil donde son utilizados para realizar trabajos domésticos.
La mayoría de estos empleos no son más que una esclavitud encubierta, ya que los menores, que al principio reciben un magro salario del que se les descuenta la comida y el alojamiento, terminan trabajando sin pago alguno, afirman las fuentes de Unicef.
A pesar de los esfuerzos internacionales para poner fin a esta práctica, el tráfico de niños esclavos continúa en Africa occidental y central, señala la organización humanitaria. Unicef recalcó que los menores son puestos a trabajar hasta 12 horas diarias y, en muchos casos, son sometidos a abusos físicos y sexuales por su patrones.
Las autoridades migratorias de Benin impiden por año la salida por mar de cientos de menores para trabajar en el exterior pero, según fuentes oficiales, ese número es sólo una mínima parte de la cifra total que cruza de manera ilegal la extensa frontera del país con Nigeria.