El Area de Libre Comercio de las Américas (Alca) deberá entrar en vigencia el 31 de diciembre de 2005. Estas y otras fechas fueron los únicos puntos que lograron establecer los ministros de comercio americanos -salvo Cuba- en el borrador que quedó establecido la semana pasada en Buenos Aires y que deberá ser ratificado dentro de diez días en Quebec, por los 34 jefes de Estado.
El acercamiento a último momento entre Brasil y Estados Unidos resucitó un proyecto que iba camino al fracaso, con mil corchetes (puntos aún sin consenso) en un documento de 250 páginas, muestran las trabas reales que existen para la liberalización del comercio. En particular, en uno de los pocos puntos que podría beneficiar a América Latina, la Agricultura.
Allí, Estados Unidos volvió a mostrar que sus intenciones no pasan por la liberalización de la economía sino abrir mercados para sus propias empresas, que podrían participar, en una zona de libre de comercio, en las licitaciones de las compras estatales (el fin del "compre nacional"), ingresar en el sector servicios y motorizar sus inversiones.
Poco para el campo
Y como reconocieron varios diplomáticos en voz baja, en agricultura se impuso la posición de Estados Unidos en los temas referidos a barreras paarancelarias, antidumping, acceso a mercados, subsidios a los productores y a la exportación. Esto significa condicionar los avances en este tema a una negociación multilateral en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El especialista en comercio exterior de las Bolsas de Comercio argentinas, Ernesto Liboreiro, consideró que los resultados de las negociaciones "no superaron en nada a la anterior reunión ministerial de Toronto". El analista estimó que mientras Estados Unidos no modifique en su Constitución el artículo 301 de la ley de comercio no habrá cambios positivos para el resto de países que intenten vender en el país del Norte y sentencia: "No tienen vocación de negociar, ellos sólo apuntan a abrir mercados".
Esta posición coincide con el revisionismo que existe entre algunos negociadores argentinos que, sin dejar de ser aperturistas, pretenden no cometer lo que hoy consideran que fue un error: desmantelar todo un sistema de aranceles y barreras, como el que se produjo luego de la ronda Uruguay del Gatt y que dejó desprotegidos a un sinnúmero de sectores productivos.
El todopoderoso artículo 301, le permite a Estados Unidos arrogarse el derecho de sancionar a los países que considera que no cumplirían con ciertos requisitos, que lo ubican por encima de cualquier tratado internacional, incluida la OMC. Brasil también cuenta con una legislación similar.
En tanto, las organizaciones sindicales y no gubernamentales ganaron una batalla. Las negociaciones de ahora en adelante deberán ser publicitadas y no secretas como venía sucediendo hasta la semana pasada.
Los tiempos de la negociación
La sustancia del acuerdo quedó asentada en un anexo a la Declaración Ministerial, en la que se instruye a los grupos de negociación correspondientes que presenten al Comité de Negociaciones Comerciales (CNC), encabezado por los viceministros de comercio de 34 países americanos, recomendaciones sobre métodos y modalidades para la negociación arancelaria con fecha límite 1º de abril de 2002, con el fin de iniciar negociaciones sobre ese tema el 15 de mayo de 2002.
Entre los puntos principales se encuentran:
- El acuerdo final en materia de liberalización del comercio en el continente deberá ser congruente con las reglas de la OMC.
- El resultado de las negociaciones constituirá un compromiso único (single undertaking). Nada estará acordado hasta que todo esté acordado.
- El Alca puede coexistir con acuerdos bilaterales y subregionales (por caso el Mercosur o Pacto Andino).
- Se dará asistencia técnica y se adoptarán disposiciones especiales a fin de atender las necesidades de los países con diferentes niveles de desarrollo y tamaño de sus economías.
La Ciudad
