El programa de erradicación de la fiebre aftosa presentado esta semana no alcanzó para tranquilizar los ánimos de industriales y productores ganaderos, que siguen reclamando medidas de asistencia directa para atravesar la crisis producida por el cierre de los mercados.
Los representantes de los frigoríficos santafesinos y de los gremios que agrupan a los trabajadores de la carne volvieron a reunirse el martes pasado con funcionarios del gobierno provincial para dar impulso a un proyecto de ley de emergencia para el sector, que está en estado crítico por el cierre de mercados externos.
Empresarios y trabajadores plantearon la necesidad de transformar en ley el decreto de emergencia firmado hace algunas semanas por el gobernador Carlos Reutemann, con el objetivo de ampliar una serie de exenciones fiscales y de servicios que se comprometió a otorgar el Estado provincial y que necesitan de la aprobación de la Legislatura.
Esto es modificación de impuestos a los ingreso brutos, sellos y aportes sociales por la ley 5110, al igual que la postergación de pagos de energía. Funcionarios del gobierno provincial se quejaron de que hasta el momento es el fisco santafesino el que está solventado la asistencia unos 2.500 trabajadores del sector que se encuentran suspendidos o licenciados.
Los funcionarios, y también los empresarios, apuntaron a las demoras del gobierno nacional en la implementación del programa de subsidios que alcanzará a esos trabajadores, bajo una suerte de seguro de desempleo sin corte de la relación laboral.
Este paliativo fue autorizado por el Ministerio de Trabajo de la Nación hace más de dos semanas pero todavía no se instrumentó. En la reunión realizada el martes en el Sindicato de la Carne de Rosario se especulaba con que el lunes se daría el OK a las partidas.
Los frigoríficos también reclaman créditos a tasa cero para soportar el costo financiero de stocks inmovilizados por una cifra cercana a los 30 millones de pesos. La demora de la Nación en disponer de la ayuda fue motivo de lamento esta semana por el ministro Paulón, durante una reunión con industriales de Las Parejas. Allí, les dijo a los empresarios que "imaginen escenarios alternativos" para desarrollar sus programas porque "la disponibilidad de recursos nacionales" para el sector productivo "es cero o casi cero". Lo ejemplificó con el caso de los subsidios para los empleados frigoríficos, que todavía no llegaron.
Pérdidas enormes
Mientras tanto, la cadena de la carne se debate para no desaparecer. El último informe de la Cámara de la Industria de la Carne y Chacinados de la República Argentina (Ciccra) calcula en 434 millones de pesos las pérdidas por el cierre de mercados externos, como consecuencia del rebrote de aftosa, en caso de que la medida se extienda hasta finales del año.
La entidad señaló que el cierre de la exportación compromete a "toda la industria" y no sólo a la que faena cortes para el mercado internacional ya que "existen empresas exportadoras que, haciendo un esfuerzo por mantener sus fábricas en funcionamiento, pagarán recuperos antieconómicos para acercarse al punto de equilibrio de cada fábrica, realizarán una pequeña faena de consumo que venderán al costo o pérdida y esto sin duda repercutirá en los números de lso frigoríficos de consumo, obligando a toda la industria a trabajar sin utilidad".
"La pregunta que naturalmente debe realizarse es quién se quedará con la diferencia de precio que sin duda existe, dado el exceso de oferta de algunos cortes (los que no exportan) y el precio del venta al público", se preguntan los técnicos de Ciccra. Y se contestan: "Seguramente la venta minorista".
La Cámara denunció que la crisis del sector tiene un "altísimo costo social" y señaló que "hoy existen 4.700 trabajadores en alguna de estas cuatro situaciones: vacaciones anticipadas, garantía horaria, suspensión y despido". De prolongarse el cierre de los mercados, advierten, "este número podrá elevarse a 8 mil".
Los analistas de Ciccra recogen en su informe de coyuntura una duda que hoy por hoy atraviesa a más de una de las empresas que esperan la ayuda oficial. La cámara industrial recordó que las exportaciones del año pasado totalizaron 208.924 toneladas, un volumen similar al del 99, por valor de 638,8 millones de dólares, un valor 6% menor a lo exportado en el año anterior.
Este año, "cuando todos suponíamos que nuestras ventas lograrían crecer en el circuito no aftósico" tras la reapertura temporaria del mercado del Nafta, reapareció la enfermedad y se cerraron los mercados.
"La faena en los frigoríficos netamente exportadores está paralizada por el cierre del Nafta, la Unión europea, Chile y otros destinos", recuerda el estudio y agrega que "la caída status sanitario anulan cualquier negociación los mercados del sudeste asiático, claves porque permitirían alcanzar un mayor grado de integración del novillo y, por lo tanto, mejorar los precios unitarios de diferentes cortes y lograr mayor rentabilidad".