El programa presentado por Cané prevé recrear la "ingeniería social" que permitió combatir la aftosa en su momento. Para ello, pretende revitalizar la acción de las fundaciones antiaftosa, descentralizar actividades y coordinar trabajos con las provincias. En el capítulo "Estrategias generales" del programa se detallan las acciones seguir para "el fortalecimiento de la estructura nacional" de combate a la enfermedad. Se ratifica allí "la estructura participativa conformada por las Conalfa, Coprosas y entes sanitarios de la lucha contra la fiebre aftosa". Estos últimos constituirán "la base de ejecución del programa a nivel local y su actuación será oficializada por el Senasa para la jurisdicción que les corresponda". En el orden provincial "se procurará el establecimiento de asociaciones de segundo grado que agrupen a los entes, que serán las interlocutoras de los aspectos operativos del programa". Las acciones que "no sean de competencia indelegable del Estado" serán ejecutadas mediante acuerdos con el Senasa. Los entes sanitarios podrán realizar tareas referidas a vacunación, registro del Renspa, vacunación antibrucélica, identificación, vigilancia epidemiológica y control de movimiento de ganado, incluyendo la emisión de proyectos de certificaciones". Hasta tanto se produzca "la reestructuración definitiva" del Senasa, las acciones relativas al programa de aftosa "serán coordinada y supervisadas por un equipo ad hoc, integrado por una coordinación central y coordinaciones regionales, que contarán con facultades suficientes para implementar con celeridad las acciones que le corresponden al Senasa".
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