| | Desaparecidos. El juez suspendió la indagatoria Suárez Mason no declaró pero se llevó insultos y tomatazos El represor debía dar explicaciones por el robo de bebés durante la dictadura
| Una lluvia de insultos, empujones y tomatazos, que dejó varios lesionados, fue la recepción que prepararon militantes de los organismos de derechos humanos ante la presencia en los Tribunales platenses del ex comandante del I Cuerpo del Ejército Carlos Guillermo Suárez Mason, quien logró que el juez que lo había citado suspendiera la indagatoria por la supresión de identidad de una hija de desaparecidos. El interrogatorio se suspendió ya que el juez hizo lugar a una presentación de la defensa del ex militar, que argumentó que el delito que ahora pretendía imputársele no estaba contemplado cuando se concretó la extradición de Suárez Mason de Estados Unidos a la Argentina. La defensa del ex militar recordó además que el imputado ya había hecho públicas las instrucciones que el personal de las fuerzas de seguridad debían cumplir en caso de "tratamiento de menores desamparados", pero el problema fue que sus subordinados "no cumplieron las órdenes impartidas por él". El juez Arnaldo Corazza, quien investiga la supresión de identidad de Carmen Sanz, nacida en cautiverio (causa por la que están detenidos el ex médico policial Jorge Bergés y el ex director de Investigaciones de la Bonaerense Miguel Etchecolatz), suspendió la indagatoria. Cuando Suárez Mason era retirado de los Tribunales se volvieron a repetir, con más fuerza, los incidentes que ya habían tenido lugar cuando el ex represor llegó hasta la sede judicial. Uno de los principales afectados del lado de los manifestantes fue Pablo Díaz, el único sobreviviente de la tristemente célebre Noche de los Lápices, quien recibió un palazo policial que le provocó una herida cortante en la cabeza. El abogado de Suárez Mason, Jorge Appiani, en tanto, también debió ser asistido en el Hospital Militar de Buenos Aires por los golpes que sufrió. Integrantes de Madres de Plaza de Mayo, de Hijos y de la APDH se concentraron frente al Palacio de Tribunales a la espera de la llegada del detenido. El ex militar fue citado a indagatoria en el caso que investiga la supresión de identidad de Carmen Sanz, quien nació el 27 de diciembre de 1977 en el Pozo de Banfield luego de que sus padres, uruguayos, fueran secuestrados por un grupo de tareas de la dictadura. A las 10.55, Suárez Mason bajó del vehículo y fue llevado a un ascensor. Pero apenas lo vieron, los militantes corrieron hasta el quinto piso del edificio. El grupo rodeó la cabina por varios minutos mientras gritaba insultos a Suárez Mason y le deseaba que se "pudriera en prisión". Mientras tanto, el ex militar permaneció refugiado dentro del ascensor hasta que varios custodios, dispuestos por el juez, armó un cordón policial que para que pudiera llegar al despacho. Cuando se retiró del lugar, los manifestantes comenzaron a arrojarle tomates y otros proyectiles que impactaron en el traje azul del ex militar y lo derribaron al suelo. Inmediatamente, Suárez Mason fue levantado por los custodios que lo llevaron prácticamente en andas hasta el auto que lo esperaba para trasladarlo hasta su casa, en la avenida Santa Fe al 1100, del barrio porteño de Retiro.
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