Una familia que hasta hace poco tiempo vivía con los recursos que les proveía una botonera perdió el negocio y la vivienda a causa de una serie de quebrantos que se iniciaron a partir de un error cometido en la sucursal de calle Santa Fe 1177 del Banco Francés. A partir del equívoco -originado en el rechazo de un cheque- la titular de la cuenta fue injustamente inhabilitada por el Banco Central. Esa situación la obligó a endeudarse con proveedores y prestamistas para mantener el negocio, hasta que acuciada por las deudas debió cerrar el comercio y vender su casa. Ahora, la familia quedó en la calle a la espera de un nuevo juicio. Pero todavía enfrentan un obstáculo más: para salvar el pago de los sellados iniciales solicitaron una declaración de pobreza que les fue negada.
Según el relato de los denunciantes, Blanca Del Canto había abierto una cuenta corriente en el Banco de Crédito Argentino en agosto de 1996 como herramienta financiera para trabajar, ya que era titular de la botonera Dagus, fuente del sustento familiar. Un año más tarde, ese banco había sido absorbido por el Francés. El 21 de agosto de 1997 Del Canto realizó un depósito en efectivo en su cuenta corriente para cubrir valores sin comprometer un sobregiro autorizado por contrato con el banco, de 1500 pesos. Pero el cheque, de unos 250 pesos, fue rechazado por falta de fondos. Más tarde, los funcionarios aceptaron que el rechazo se debió a un error del banco, que no pasó a tiempo la boleta de depósito.
A pesar de que en esa instancia el banco reconoció el error, los equívocos se sucedieron. Dos cheques más fueron rechazados por inconvenientes financieros y en diciembre del mismo año, la entidad volvió a rechazar un cheque. Como causa esgrimió que había vencido el acuerdo por el cual autorizaba el descubierto, aunque Del Canto no había sido notificada y además, el contrato indicaba que la renovación del acuerdo era automática.
Dos meses después la mujer se enteró en el Banco Tornquist que pesaba sobre ella una inhibición emitida por el Banco Central que le impedía operar con entidades bancarias. A pesar de esta orden, Del Canto había seguido operando en el Banco Francés.
En ese momento, Del Canto solicitó al Francés que rectificara el error ante el Central, un pedido que reiteraba las explicaciones para subsanar el equívoco que ya había hecho a través de una nota en enero de 1998.
"Juego diabólico"
El juez Hugo Escalante, que investigó el caso, calificó como un "juego diabólico" las maniobras del banco. El magistrado consideró probado que el rechazo de los cheques no tuvo en cuenta el acuerdo hasta 1500 pesos que tenían los titulares de la cuenta para girar en descubierto y que no existió comunicación fehaciente de la cancelación del contrato. A la vez, señala que la entidad aduce que el contrato caducó por los antecedentes negativos del cliente sin fijarse que precisamente esos antecedentes se originaron en el incumplimiento del contrato por parte del banco. Y remarca que se efectuó una prórroga de hecho por la cual con posterioridad a la fecha en la que supuestamente se canceló el acuerdo, la entidad siguió efectuando pagos en las condiciones pactadas. "En este juego diabólico (las autoridades bancarias) crearon un mal antecedente -a propósito o por negligencia- de la actora que sirvió para su inclusión en el banco de datos del Banco Central", indicó el magistrado.\Escalante dictó una medida innovatoria en la que ordenaba a las entidades bancarias a reabrir las cuentas en las mismas condiciones. Pero esa cláusula no fue cumplida y Del Canto debió cerrar las cuentas.\Ante la imposibilidad de operar con crédito bancario, la situación económica del comercio se volvió asfixiante. Para salvarlo, la familia se vio obligada a hipotecar su vivienda. Pero antes debió cancelar un pleito que el Banco Francés había iniciado, que requería el pago de 9.790 pesos.\El comercio siguió funcionando en una situación precarizada, hasta que la familia se vio impedida de pagar las cuotas de la hipoteca, tuvo que vender la casa para cubrir las deudas, perdió el negocio y quedó en la calle.\La única esperanza de la familia es un fallo favorable en el juicio que entabló contra el Banco Francés por incumplimiento de contrato, daños, perjuicios y lucro cesante. En la demanda señala que la cuenta movía un monto mensual de unos 6 mil pesos, lo que implica un movimiento anual de más de 70 mil pesos. La investigación está a cargo de la jueza María Serra, titular del juzgado Civil y Comercial de la 19ª nominación.