Año CXXXIV
 Nº 49.082
Rosario,
lunes  09 de
abril de 2001
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Muniagurria: "Hace muchos años que la política es cara"
El vicegoberandor volvió a decir que "estamos sacando la grasa del asado", en referencia a los gastos del Senado

Silvia Carafa

Para el segundo hombre del gobierno provincial, hay mucho de hipocresía en los dardos que la gente dispara contra el poder político y en considerarlos como depositarios de toda corrupción. Además, Marcelo Muniagurria dice que aprendió a rajatabla que la gente no resiste el capitalismo puro, porque "cuando se termina la torta se comen las velitas". También siente que falta algo, y es el país federal: "Se acabó -advierte el vicegobernador- que todo salga por Buenos Aires, esa es la asignatura pendiente para el 2003".
-¿Cuál es la responsabilidad de la clase política en la situación actual?
-La gente habla de culpas, pero también hay que ver que cuando la sociedad en su conjunto está en una economía creciente, con oportunidad de trabajo, nadie se ocupa de lo que pasa en la política, pero cuando la gente está en la lona, con angustia y desesperación, todos miran qué hacen los políticos y por qué no le resuelven la situación. Hace muchos años que la política es cara y a pesar de que se está recortando cada vez, sigue siendo costosa, pero ante la crisis la gente ahora quiere arrancarle pedazos enteros o poderes.
-¿Es cara la política en Santa Fe?
-En el caso del Poder Legislativo estamos en el 2,2 por ciento del presupuesto provincial. Estamos encuadrados en un gasto razonable, pero si tuviese los elementos jurídicos para mejorar la situación, lo haría.
-¿Llevado a la práctica, cómo ajusta en el Senado?
-Estamos sacando la grasa al asado; son gastos improductivos que engordan pero no alimentan, por ejemplo se compraba y se pagaba mal, se alquilaba mal y caro. En un año logramos bajar un 30 por ciento en el área operativa, un millón y medio sobre unos cinco millones, y ese dinero se transfirió a las comunas.
Este año tenemos un presupuesto inferior en un 10 por ciento al presupuesto del 2000, pero seguimos con un fijo de 18 millones en el personal, y como no lo podemos modificar proponemos retiros voluntarios, redistribuciones, cumplimiento de horarios, entre otras cosas.
-La gente tiene la percepción de que las plantas permanentes de las estructuras políticas siempre crecen.
-Hace años que eso no ocurre en la Legislatura de Santa Fe. Las vacantes están congeladas, pero el gran título es la hipocresía, mucha gente me dice achique el gasto público, y cuando me voy, me corre, me agarra del brazo y me pide trabajo para el hijo, en un momento de crisis se puede entender, pero no puede ser una cultura de que el Estado sostenga lo insostenible.
-¿Los mayores nidos de corrupción están en el escenario político?
-No, es una cuestión que está ensamblada en nuestra cultura porque dentro de la ley no se consiguen las cosas, por lo que hay que forzarlas. Si culturalmente no cambiamos esa cuestión se potencia. Ojalá la corrupción estuviese ubicada en un solo sector, sería más fácil de erradicar.
-¿Qué papel asume la provincia en los últimos cambios de la escena nacional?
-La provincia de Santa Fe es una espectadora de lujo de esa crisis porque está gobernada por un partido diferente; además hay pocos santafesinos en el gobierno nacional, será por eso que las cosas andan tal mal. Ojalá que les vaya bien y estos años queden como los de la competitividad.
-¿Cuánto falta para que la famosa copa rebalse y haga realidad las bondades del actual modelo?
-Este modelo tiene efectos no deseados concretos como la concentración económica, las migraciones internas y el impacto ambiental. Otra cosa que aprendí a rajatabla es que el capitalismo puro no es resistido por la gente, y que el socialismo puro no es resistido por la economía. Lo que estamos intentando hacer es un camino alternativo que nos permita respetar la economía y contener a la gente.


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