 |  | Editorial El agua, tema clave
 | Ambitos marginales de nuestra ciudad y numerosas poblaciones santafesinas, grandes y pequeñas, carecen aún del servicio de agua potable y de cloacas. Se trata de una situación sobre la cual hay que operar con firmeza, pues con ella se juega a futuro la salud de vastos sectores sociales. El tema adquiere una dimensión más significativa aún si se lo considera como parte del problema mundial que es. Problema que engloba a cientos de millones de personas que se ven compelidas a beber agua insalubre por cuanto carecen de la posibilidad de acceder a un producto potabilizado. Tal circunstancia resulta incluso agravada porque más del doble de esas personas también padece la carencia de servicios sanitarios adecuados. Este cuadro, sin dudas gravísimo, fue denunciado en el Día Mundial del Agua. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas beben aguas insalubres mientras que 2.400 millones o un 40 por ciento de la humanidad carece de servicios sanitarios adecuados. Como consecuencia de esta grave circunstancia, casi tres millones y medio de seres humanos, en su mayoría niños, fallecen anualmente de enfermedades relacionadas con el agua -de ellas más de un millón a consecuencia del paludismo- y, sin embargo, la mayoría de esas muertes podría evitarse, afirma la organización internacional. Cuesta trabajo aceptar la existencia de esta durísima realidad. Una realidad inexplicable a estas alturas del desarrollo humano y del conocimiento sobre los problemas básicos para la supervivencia que afectan a grupos sociales enormes, así como sobre la responsabilidad colectiva que en su solución les cabe a todos los países del planeta, sin excepciones de ningún tipo. Este grave y extendido problema representa un verdadero baldón para la conciencia de la humanidad. Y sobre ella hay que actuar con decisión y la mayor premura. De lo contrario y sin distinciones, todos pasarán a convertirse en cómplices del asesinato anual de más de tres millones de seres humanos. Lo señalado adquiere una relevancia mayor si se tiene presente que, tal como sostiene la directora de la OMS, la noruega Gro Harlem Brudtland, no se requieren grandes inversiones para, cuanto menos, comenzar a paliar de manera sustancial el grave problema. En efecto, en la actualidad existen técnicas muy baratas y accesibles -verbigracia: la cloración de las aguas y el proceso suizo de desinfección solar Sodis desarrollado por el científico Martin Wegelin- que quitan todo argumento al mantenimiento del actual "statu quo". Con una campaña mundial de esclarecimiento y promoción de esas técnicas a muy corto plazo se lograrían resultados espectaculares. En consecuencia, la subsistencia de la actual situación carece de justificación racional y moral alguna.
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