Año CXXXIV
 Nº 49.081
Rosario,
domingo  08 de
abril de 2001
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Historia del crimen. Un capítulo local en la leyenda de la Pandilla Salvaje
Bandidos norteamericanos en Rosario
Según testimonios periodísticos, a fines de 1905 Butch Cassidy y Sundance Kid estuvieron en la ciudad

Osvaldo Aguirre

La historia de Butch Cassidy y Sundance Kid supone una sucesión de episodios fabulosos. Después de los abundantes artículos periodísticos y estudios más o menos serios dedicados al tema, y dada la escasa documentación sobreviviente, parece imposible abstraer los hechos de la leyenda. Entre otras peripecias, hubo una circunstancia poco considerada: el hipotético paso de los famosos bandoleros norteamericanos por la ciudad de Rosario, entre mediados y fines de 1905. En la saga de robos, tiroteos, persecuciones y viajes que protagonizaron esa circunstancia resulta mínima pero acaso explique un capítulo de la fábula.
La celebridad de ambos personajes se fundó en los asaltos de la Wild Bunch (Pandilla Salvaje), que integraban, dedicada al robo de trenes y bancos en el oeste de los Estados Unidos. Butch Cassidy había nacido con el nombre de Robert Leroy Parker en 1866 en el estado de Utah; su alias procedió de una eventual ocupación como carnicero (butcher, en inglés) y del apellido del hombre que lo inició en la vida fuera de la ley. Harry Longabaugh, alias Sundance Kid, nació en Phoenixville, en 1868; su esposa, Ethel o Etta Place, participaría asimismo de la leyenda.
En los últimos diez años del siglo XIX, la banda perpetró los asaltos a cinco trenes, tres bancos y la caja de una empresa en el día de cobro. El último golpe se produjo en el First National Bank de Winnemuca, Nevada, el 19 de septiembre de 1900. A continuación, la banda se dirigió a Ford Worth, Texas, para asistir a un casamiento, y allí se tomó una célebre foto.
La leyenda asegura que los bandoleros enviaron esa foto por correo al gerente del banco que habían asaltado. Otra versión sostiene que accidentalmente llegó a manos de un informante de la agencia de detectives Pinkerton, ya por entonces dedicada al seguimiento de la banda.
La agencia Pinkerton atribuyó también a la Pandilla Salvaje el asalto al tren Great Northern, en Montana, el 3 de julio de 1901. Sin embargo, es seguro que ni Butch Cassidy ni Sundance Kid participaron del asalto, porque en febrero de ese año habían llegado al puerto de Buenos Aires a bordo del carguero inglés Herminius; Ethel Place era de la partida.
En la Argentina, Butch Cassidy y Sundance Kid utilizaron los nombres de Santiago Ryan y Harry Place y se radicaron en Cholila, Chubut. En su libro "Buscados en la Patagonia", el investigador Marcelo Gavirati reproduce un expediente judicial de 1911, elaborado a propósito del secuestro del estanciero Lucio Ramos Otero, donde se consigna que "por distintos puntos y fechas desde el año 1902 llegaron a este Territorio y se establecieron en Cholila y Esquel como honrados trabajadores los sujetos Enrique Place o Ed Jones o Harry Longabaugh (Sundance Kid), jefe de una gavilla de los Estados Unidos de América, su mujer Ethel o Mari Place; Santiago Ryan o George Parker o Patricio Cassidy (a) Butch Cassidy, domiciliados en Cholila como estancieros".
En mayo de 1903 llegó a Buenos Aires Frank Dimaio, de la agencia Pinkerton. El detective traía fotos y antecedentes de los ex miembros de la pandilla salvaje, que dejó en manos de la policía local. Ese tipo de viajes era bastante habitual en la época: en 1911 se apresó al estafador norteamericano Charles Forbes en la localidad santafesina de Ceres.
El 14 de febrero de 1905, en Río Gallegos, dos hombres armados asaltaron el Banco de Tarapacá y Argentino Limitado. Al llegar al lugar a comienzos de año, habían declarado ser ciudadanos norteamericanos con interés en comprar ganado y radicarse en la zona. Los bandoleros huyeron con facilidad, ya que cortaron los cables del telégrafo y establecieron postas para contar con caballos frescos.
Contra la opinión corriente, que atribuye el asalto a Butch y Sundance Kid, y basándose en el expediente de 1911, Gavirati sostiene que ese robo fue cometido en realidad por otros dos norteamericanos: Robert Evans (bandolero menos famoso pero más activo como tal, al menos en la Argentina) y un tal Grice.
No obstante, la situación se hizo insostenible para los bandoleros, que abandonaron Cholila en mayo de 1905. A partir de ese momento, durante varios meses, su rastro se convirtió en un enigma: se dice que pasaron a Chile y que Ethel Place volvió a Estados Unidos.
Los bandoleros reaparecieron públicamente el 19 de diciembre de 1905, cuando asaltaron la sucursal del Banco de la Nación en Villa Mercedes, San Luis. El robo fue cometido por cuatro hombres que se hicieron pasar por estancieros, al igual que los asaltantes de Río Gallegos; en este caso aprovecharon una monumental feria ganadera que se desarrollaba durante cuatro días en la localidad puntana.
Los bandoleros se llevaron 14 mil pesos en monedas de níquel, golpearon al gerente y balearon al cliente Carlos Ricca. Para cubrir su fuga, tenían caballos preparados, incendiaron campos y llevaban herramientas para cortar alambrados y atravesar los campos.
En su edición del 26 de diciembre de 1905, el corresponsal rosarino del diario La Nación presentó la siguiente crónica: "Es opinión corriente en ésta que los cuatro asaltantes estuvieron en el Rosario combinando desde aquí el asalto llevado a cabo. Puedo asegurar que uno de ellos, el llamado Harry Longabaugh ha estado dos veces en esta ciudad. En ambas se ha alojado en el hotel Angloamericano de la calle San Lorenzo, frente a la bajada de Sargento Cabral, haciéndose pasar como representante de una empresa que compraba mulas para Sud Africa. Dio en calidad de pasajero el mismo nombre de Harry Longabaugh".
En otra edición del mismo diario, se daba cuenta de la presencia de Butch Cassidy en Rosario. El corresponsal decía que había sido entrevistado por "numerosas personas" en la ciudad "que, después de leer los informes que aparecieron en nuestra edición de ayer y de ver los retratos que anteriormente publicamos, han recordado que, en efecto, James Ryan ha permanecido en el Rosario, donde todos lo creían comprador de mulas".
Las eventuales visitas quedaron como otro elemento de enigma en la historia. El rastro de los bandoleros volvió a perderse. Más tarde se supo que Cassidy y Sundance Kid murieron fusilados por militares bolivianos en el pueblo de San Vicente, el 7 de noviembre de 1908. Sin embargo, sus cuerpos nunca fueron hallados, por lo que la historia permanece como un desafío a la búsqueda y a la imaginación.



La Pandilla en pleno.
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