Año CXXXIV
 Nº 49.081
Rosario,
domingo  08 de
abril de 2001
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Mercados
Volvió el intervencionismo de Mingo
En un escenario de salida de depósitos, la baja de los encajes puede llegar a financiar la fuga

Salvador Di Stéfano

El ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo volvió con todo, con sus cosas buenas y malas. Si bien fue muy importante que encolumnara detrás de sí a buena parte de la dirigencia política para llevar adelante un programa de reformas económicas, no luce del todo prolija su intervención en el mercado al tratar de manipular las estrictas normas que durante años se mantuvieron inalteradas en el sistema financiero.
El Banco Central de la República Argentina tiene como función preservar el valor de la moneda y además supervisa el funcionamiento de las entidades financieras. A estas entidades les impuso que debían tener guardado el 20% de los depósitos, pudiendo tener ese dinero en el BCRA o en el exterior.
En la última semana de marzo, el organismo monetario vio como la tasa en pesos mostraba un fuerte repunte, producto que los inversores pasaban su tenencia de pesos a dólares, producto de la incertidumbre imperante en la economía argentina.
Esto llevó a que la autoridad monetaria, sin una regla que lo permita, bajara en un 2% los requisitos mínimos de liquidez. Si bien la medida es buena, ya que inyecta fondos al mercado y por ende apunta a reducir la tasa de interés, preocupa que algo que no está escrito y previsto se lleve adelante.
El jueves pasado se hizo público que el ministro de Economía presiona sobre el BCRA para que baje otros dos puntos los requisitos mínimos de liquidez, (a esta altura del partido vale la pregunta ¿es independiente el BCRA?), ante lo cual se da una larga discusión, ya que en un escenario de retiro de depósitos, la baja de encajes no atempera la suba de la tasa, sino que financia la corrida.
El día viernes las autoridades monetarias parecieron llegar a un acuerdo con el ministro de Economía (no deberían llegar a ningún acuerdo con nadie, sólo deben preservar el valor de la moneda y supervisar el sistema financiero) por el cual le permitirá a las entidades financieras, integrar los requisitos mínimos de liquidez (que se hacían solamente en efectivo) con bonos del Estado nacional, y de esta forma alentar la demanda de estos títulos.
Esto es sin lugar a dudas una muy mala medida del equipo económico y una pésima decisión de las autoridades del BCRA, que comienzan a ser menos confiables, ya que toman medidas discrecionalmente y no se ciñen a una regla clara.
En todo país serio es muy importante el respeto a las normas, y si éstas no se llevan adelante nadie puede proyectar a futuro el devenir de los acontecimientos, ya que permanentemente la autoridad de turno las cambia a su antojo. Si bien esta medida favorecerá al mercado de capitales ya que producirá una suba de títulos públicos, y por ende de las acciones. No debemos observar la economía siguiendo el interés particular de esta columna, que hace una semana recomendó la agresiva compra de bonos, y hoy nos vemos beneficiados por una medida arbitraria. Hay que ser honestos en materia económica y bregar porque se tomen medidas más transparentes.
El autoritarismo en materia económica, y el cambio permanente de las reglas de juego no llevarán nunca al camino correcto. Los mercados deben tener reglas claras y el gobierno las debe cumplir, porque violar esas reglas y hacer lo que al gobierno más le conviene es entrometerse en el sistema financiero argentino, y en la vida de los ciudadanos, lo cual es muy peligroso.
Cabe esperar una reflexión del gobierno y que cambie este modo de actuar. De lo contrario será menos profesional y no logrará la confianza que todo conductor necesita para sacar un país adelante.
Siguiendo con esta tónica intervencionista, hay versiones (muy fuertes) en el mercado, que estarían indicando que el ministro de Economía estaría evaluando la posibilidad de emitir un bono patriótico, algo que ya realizó en el año 1995 cuando se dio el efecto tequila. El bono sería de 1.500 millones de dólares, se emitiría a una tasa muy baja, y si bien no se impondría, se sugeriría que las grandes empresas argentinas lo adquieran, como forma de contribuir con el Estado (¿cómo si no lo hicieran cuando pagan impuestos?).
Una vez conocidas estas noticias hay que ponerse el traje sectorial del mercado y analizar el impacto de las mismas:
- Los bancos saldrán a demandar más bonos, y por ende aumentarán la paridad de los mismos, lo que implicará una baja en sus retornos, y consecuentemente un descenso en el riesgo país.
- Las acciones podrían tener un fuerte repunte y ubicarse en el mediano plazo por encima de la barrera de los 500 puntos. Por otra parte el contexto internacional parecería estar mejorando y esto ayudaría a una recuperación.
- El día martes se licitan 700 millones de dólares en Letras de Tesorería y es la segunda prueba de fuego para el gobierno, luego del artilugio de los bonos y los requisitos mínimos de liquidez, podría conseguir fondos a una tasa más baja que en la licitación anterior.
- En el décimo aniversario de la convertibilidad en el BCRA el rechazo a la canasta de monedas propuesta por Cavallo fue unánime. Todos pidieron reglas claras y muchos sospechaban de esta connivencia entre el BCRA y el ministro de Economía.



Escassany, titular de la Asociación de Bancos.
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