| | Análisis Chacho ahora evalúa pelear por una banca
| Mauricio Maronna
Carlos Alvarez está evaluando la posibilidad de ser candidato a senador o a diputado nacional en las elecciones de octubre. La férrea negativa del líder del Frepaso a volver a pelear por una banca mutó luego en un "ni" y, finalmente, en una admisión de la necesidad de dar batalla ahora que la fuerza de centroizquierda apenas sobrevive en las terceras líneas del poder. "Primero tengo que ver qué dicen las encuestas", fue la frase que, según pudo saber La Capital de fuentes calificadas, Chacho repitió ante algunos interlocutores que le plantearon con firmeza el nuevo escenario. El Frepaso es, hoy por hoy, una fotografía borrosa de lo que supo ser. Aquella fuerza nacida bajo el influjo del político más talentoso de los 90, había logrado relegar a la UCR al tercer lugar en el 95, destrozar electoralmente al aparato del PJ bonaerense en el 97 y acceder a la Vicepresidencia de la Nación en el 99. La renuncia de Alvarez (un gesto valiente en un país donde todos se atornillan a sus cargos) no tuvo correspondencia con sus actitudes posteriores (¿alguien se acuerda del difuso Movimiento de Participación Ciudadana?). Alvarez, talentoso pero también inorgánico, perdió de vista la chance de erigirse en la cabeza visible de un proyecto alternativo desde los lugares institucionales que había cosechado: la ciudad de Rosario, la Jefatura de Gobierno porteña y las municipalidades de Morón, Avellaneda y Lomas de Zamora. Traducido en números: 9 millones de habitantes dependen de gestiones con sello frepasista. Cada vez que alguien le susurraba la posibilidad de dejar el poder central para dar "apoyo crítico" desde el Congreso, Chacho respondía: "Eso es regresar al 10% de los votos". Las crisis que se sucedieron dejaron preso al Frente de sus propias limitaciones. En el mientras tanto, Elisa Carrió se presentaba como la nueva estrella mediática, corriéndolo por izquierda y empezando a sacarle voluntades en la Capital Federal, y el gelatinoso Polo Social del cura Farinello se empezaba a hacer notar cubriendo el vacío en provincia de Buenos Aires. Para colmo de males, Domingo Cavallo parece decidido a poner en práctica aquella vieja lucubración del transversalismo chacheano. El descuido de Alvarez por el partido se tradujo, primero, en la deserción de los socialistas democráticos, después en la balcanización de los dirigentes ligados a la Ctera y ahora en la aparición de quienes aprovechan los huecos para ocupar espacios con cara de "yo no fui". "El 10 de diciembre del 2000 teníamos a un vicepresidente, dos ministros, muchísimos funcionarios de segunda línea y 38 diputados. Hoy sólo contamos con 16 diputados y un senador", dice con sentido del realismo político uno de los legisladores nacionales que más y mejor trabajó para convencer a Chacho de que la vía actual es una vía muerta. El retiro por parte del PSP de su último dirigente en el gobierno, el secretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo, Carlos Nibbio, marca una zona de clivaje. "Es imposible mantenerse en un área cuya jefa (por Patricia Bullrich) es la encargada de dinamitar al Frepaso. No da para más...", confió una de las principales espadas socialistas. Hasta Darío Alessandro, el hombre que incluso modula como Chacho, se lo dijo con todas las letras: "En octubre tenés que ser candidato. De lo contrario corrés el riesgo de desaparecer". Alvarez estaría cerca de dar el sí.
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