La recesión y los últimos avatares político económicos golpearon duro al mercado inmobiliario de la ciudad. Al punto que muchos operadores no dudan en calificar esta crisis como la más aguda que tuvo que padecer el sector. "En 22 años de actividad nunca viví una situación similar", aseguró Carlos Beltramone, director de Beltramone Bienes Raíces. A esta apreciación se suman las estadísticas del Registro de la Propiedad: mientras en el 98 se registraron 43.136 escrituras, dos años después este número descendió a 38.147. Es decir que en 24 meses se formalizaron cerca de 5 mil operaciones menos. Y, curiosamente, el parate no afectó tanto a las propiedades de poco valor como a los pisos y casas de precios altos.
"Hay mucha oferta y muy poca demanda". Este es el panorama que pintó el presidente de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario, Alberto Bertollio. Y aunque reconoció que después de la designación de Domingo Cavallo al frente del Ministerio de Economía de la Nación "las consultas repuntaron", dijo que "todavía es muy difícil concretar ventas".
Nino Passaro, de Passaro Inmobiliaria, compartió esta impresión. "El movimiento del mercado es uno de los más quietos de los últimos tiempos" consideró, y aunque aclaró que se siguen realizando operaciones, éstas no tienen "la fluidez de antes".
Algunos datos apoyan estas consideraciones. En el mes de diciembre de 1998, el Registro de la Propiedad asentó 3.827 escrituras, un año después, en el mismo período, las operaciones disminuyeron a 3.493 y, en el último mes del 2000 cayeron a 3.273.
Y el 2001 no permite hacer pronósticos más halagüeños. "En marzo de este año la compra de propiedades se murió", sentenció Liliana Crestale de Crestale & Martin. "Después de la llegada de (Ricardo) López Murphy a Economía, prácticamente no hay movimiento", agregó.
En la misma tónica, Pablo Porta, de Porta Inmobiliaria aseguró que "habrá que esperar todavía unos meses para la reactivación de las ventas. El nuestro es un mercado sensible -analizó- que se paraliza ante cualquier factor económico de incertidumbre y no se reactiva inmediatamente. Siempre fue y seguirá siendo conservador".
A la hora de comprar
Frente a este panorama, los carteles de "se vende" permanecen estacionados en los frentes de las propiedades y los posibles compradores aprovechan la oportunidad. Y si bien al momento de tasar una propiedad las inmobiliarias se remiten a los valores habituales, al momento de concretar el negocio la situación cambia. "El que tiene plata la hace valer", sintetizó Oscar Bressano, de Bühler Inmobiliaria.
"Mis clientes llegan a la oficina cansados de ver propiedades. Han recorrido más de 30 inmuebles antes de decidirse por alguno", corroboró Beltramone. "Quien por algún motivo tiene hoy día plata en mano trata de manejar el mercado y quiere comprar una propiedad de 150 mil pesos en 120", agregó Crestale.
De todas formas, el titular de Beltramone Bienes Raíces dudó de que los inversores puedan realizar actualmente un buen negocio. "Puede ser que sientan que han comprado barato, pero nadie sabe qué pasará con el precio de esta propiedad la semana que viene", explicó.
Al momento de considerar qué tipo de propiedades se vieron más afectadas por la recesión los operadores inmobiliarios acuerdan en que las ventas que trepan los 100 mil pesos son las más difíciles de concretar. "Está más dura la venta de propiedades importantes, sean casas o departamentos. Se mantienen las operaciones con departamentos chicos, de pasillo y casas sin demasiado valor", dijo el titular de Bühler.
Desde su oficina de Funes, Pablo Porta coincidió con esta perspectiva, y agregó: "Hoy por hoy, conviene más invertir 50 mil dólares en Funes y no en Rosario, porque las familias del centro tienden a venirse acá. La plaza rosarina está saturada y desvalorizada, a tal punto que si alguien compró un departamento en el 96 por ese monto, ahora apenas puede venderlo por 45 mil".
Carlos Beltramone también dio algunos ejemplos. "Si hoy día cuesta vender un vaquero, imaginate lo que pasa con una propiedad. Es tan difícil encontrar un comprador para un inmueble de 30 mil pesos como para uno de 2 o 3 millones". Sin embargo reconoció que "lo más duro de vender son los pisos de más de 150 mil pesos. Hace dos años inundaron el mercado estos departamentos exclusivos y no hay compradores", explicó.
Para Passaro, las únicas operaciones que se siguen concretando son las que involucran "cosas de poco precio", y Crestale compartió esta apreciación. "Los departamentos de un dormitorio y terrenos de poca monta se mantienen, lo mismo que los pedidos de casas en el macrocentro, que son constantes".
En cuanto a las zonas de la ciudad que más demanda presentan, el corredor que une Barrio Martin con La Florida se mantiene en alza. "La vista al río sigue siendo un valor importante tanto para los pisos céntricos como para las propiedades de Alberdi y La Florida, lo que pasa es que antes esta vista tenía un valor, y hoy día nadie quiere pagar el precio de este privilegio", concluyen los operadores inmobiliarios.