| | Señalador Diana Bellessi: "La poesía debe ser piquetera"
| -Hubo un período de silencio durante los años de la última dictadura militar, en el que no publicó ningún libro. ¿Cómo recuerda esta época? ¿Fue esta circunstancia la metáfora de un país sin poesía? -Creo que ese no poder escribir de aquellos años tuvo mucho que ver con la dictadura militar y con la expoliación de los cuerpos y las voces. Los que sobrevivimos nos mantuvimos con vida, pero enmudecimos. Surgió así «Tributo del mudo», que está escrito durante los años en los que no podía salir a contar lo que quería decir. (...) Había un claro silencio no sólo de los poetas sino de toda la gente. Miedo a hablar en el bar, en el taxi. En definitiva, un miedo del habla. Ese libro logra terminarse y abrirse de ese tono de fragmento porque en el medio, en una semana, escribo «Crucero ecuatorial». -En ese libro rememora su recorrida por diversos países latinoamericanos... -Es una especie de diario de viajes previo a los años de la dictadura. Es como la fiesta a la rememoración de un período previo a la crueldad, la barbarie y el horror. Es lo que puede ser dicho y escrito, y abre la puerta para que «Tributo del mudo» se termine. -Un diario de viajes depende de qué mire el que viaja. «Crucero ecuatorial» parece hecho de la profundidad de los detalles. Una mirada sobre lo escrito con minúscula, lo que pasa desapercibido para la mayoría. -Mi mirada apuntaba a esas cosas chiquitas. Es como el contra canto de la historia con mayúscula. Allí está la otra historia con minúscula, el otro mundo que parece que sostiene y construye el gran mundo, la gran historia. La vida hecha de estas menudencias, estos pequeños personajes. Igual cuando lo escribí no pensé en todas estas cosas. Uno escribe sobre aquello que se impone. -En la Argentina de hoy parecen instaladas esas historias con minúscula. Detrás de los índices de desempleo, por ejemplo, está el desamparo de miles de familias. Cada una con un hambre propio y diferente. ¿Qué espacio ocupa la poesía en este contexto? -Me parece que vivimos en estos últimos años un fenómeno muy diferente al que vivíamos, por ejemplo, durante la dictadura. Hubo en los primeros años de democracia un duelo. Luego se vivió el desencanto por la segunda expoliación, que fue la económica. Podría asegurarse que esta es la segunda dictadura y la que ahora estamos transitando. Me parece que la poesía dialoga muy bien con lo que podríamos llamar los movimientos actuales de resistencia. Creo que la poesía tiene algo de "piquetera", y por eso considero que goza de muy buena salud en este momento. Pero desde allí: haciendo y siendo eso. Ya no está detrás del sueño utópico, no en el abismo de la pesadilla distópica, sino más bien en la celebración del furor y la alegría de las pequeñas y rotundas acciones. Es así como yo veo las pequeñas y rotundas acciones sociales de resistencia. Están en los piquetes de las carreteras y de huelga. Me parece que la poesía se acopla muy bien a esto, habla desde este lugar. (fragmento de un reportaje en la revista on line Revuelto Magallanes, número 6, www.revuelto.net)
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