El ex comisario Miguel Etchecolatz, lugarteniente de Ramón Camps cuando éste era jefe de la Policía Bonaerense en la época más dura de la dictadura, pasó la noche en una cárcel de esa provincia que la Justicia no quiso revelar, quizá para evitar que se repitieran los graves incidentes que protagonizó ayer cuando concurrió a declarar a un juzgado porteño en causa por amenazas de muerte.
Etchecolatz tuvo ayer un día muy agitado. Su presencia en los tribunales porteños de Lavalle 1638 (donde está siendo juzgado por haber amenazado con un arma de fuego a un grupo de vecinos que lo repudió en 1999) desencadenó una batalla campal entre los manifestantes que lo fueron a escrachar y miembros de su numerosa e iracunda custodia personal.
El breve paso de Etchecolatz (quien en 1977 comandaba 21 centros clandestinos de detención) por el centro porteño dejó cuatro policías, un militante de izquierda heridos y un fotógrafo agredido.
Luego de haber declarado, en la segunda jornada del juicio, que lo único que hizo fue "combatir a ese enemigo demoníaco que fue la subversión marxista", se fue a su casa, batahola mediante. No esperaba que horas más tarde otro magistrado iba a decidir su detención por otra causa: sustracción y supresión de identidad de una menor, hija de una desaparecida de nacionalidad uruguaya.
Por orden de juez federal de La Plata Arnaldo Corazza, fue arrestado en su domicilio y trasladado, esposado, a declarar a los Tribunales platenses, donde ingresó sonriente. Luego de cuatro horas de indagatoria, fue imputado y detenido en una cárcel bonaerense. El magistrado investiga el robo de la pequeña Carmen Sanz, nacida en el Pozo de Banfield y cuyos padres están desaparecidos. En esta causa ya fue arrestado el ex médico policial Jorge Bergés y el martes debe declarar Carlos Suárez Mason (ver página 13).
A los golpes
Más allá del sigilo de la Justicia sobre el tenor de las declaraciones de Etchecolatz en La Plata y su lugar de detención, el escándalo del mediodía de ayer en la puerta de los Tribunales porteños repercutió en la propia Casa Rosada (ver aparte). Los graves incidentes tuvieron como protagonistas a manifestantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) que concurrieron a repudiar a Etchecolatz y los seguidores del ex director de Investigaciones de la Policía Bonaerense durante la última dictadura militar.
\Cuando el ex represor se retiraba, entre abucheos, del Palacio de Tribunales, los manifestantes y periodistas fueron atacados por los seguidores de Etchecolatz con furia inusitada, lo que dejó varios heridos y un periodista agredido. Según voceros de la Policía Federal, "cuatro suboficiales de la comisaría 5ª que intentaron separar a los grupos resultaron lesionados con heridas cortantes y contusiones", por lo cual fueron derivados al hospital Churruca, y otro agente sufrió el robo de su placa identificatoria.
\Aunque desde la 5ª se aseguró que "no hubo heridos entre los civiles" ni detenciones, pudo constatarse (y así lo reflejaron las pantallas de televisión) al menos un manifestante lesionado por un violento golpe en un hombro. Además, el equipo del reportero gráfico Rolando Andrade, de La Nación, resultó destruido.
\Los manifestantes acusaron a los policías de no intervenir para frenar los desmanes de los guardaespaldas. También la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) repudió la agresión a Andrade que -dijo- "sufrió golpes al tiempo que le rompían la cámara con la que estaba trabajando".
\La comisaría 5ª labró actuaciones por atentado y resistencia a la autoridad, lesiones y hurto, y dio intervención al juez en lo correccional Fernando Pigni.
\Más allá de la posterior detención de Etchecolatz, el proceso por amenazas de muerte pasó a cuarto intermedio hasta el 23 de abril. Previamente el juez correccional Omar Faciutto, a cargo del juicio, escuchó a cuatro testigos, quienes narraron circunstancias contradictorias sobre las amenazas del ex comisario a cuatro jóvenes que lo repudiaron. Fuentes judiciales deslizaron que el juez podría ordenar que se extraigan copias de las declaraciones para iniciar otra causa por "falso testimonio".
La Ciudad
