Mientras los porteños prenden su televisor y sintonizan Canal 7 desde la señal que emite la planta de Capital Federal, el resto del país debe sufragar con sus impuestos, a través de las provincias o comunas, la bajada de la señal. Esto implica que para ver el canal en el interior se paga dos veces: a través de gravámenes nacionales y locales. Cuando La Capital buscaba ayer responsables para averiguar por qué la transmisión por aire sigue interrumpida desde hace una semana en Rosario, descubrió que el canal genera la señal en Buenos Aires, pero la repetidora pertenece a la provincia. ¿Por qué? Porque desde el 91, cuando el gobierno santafesino gestionó la reanudación del servicio de ATC, debió hacerse cargo de equipos, mantenimiento, gastos y pago del personal. ¿Un nuevo ejemplo de centralismo porteño?
Hoy se cumple una semana desde que la transmisión de Canal 7 quedó cortada en Rosario por la rotura de un transmisor. El responsable técnico de las repetidoras de Canal 7 de Santa Fe y Rosario, Fortunato Bongiorno, dijo que, con viento a favor, la señal retornará cuando los técnicos logren reponer un elemento que, por su antigüedad, ya no se fabrica.
Para paliar la situación, transitoriamente el repuesto será prestado por una fábrica cordobesa hasta que pueda importarse de Holanda, trámite que puede insumir más de dos meses.
Consultado sobre el mismo tema, el jefe de repetidoras de Canal 7 en el interior, Luis Aramburu, puso el dedo en la llaga. "Nosotros nos comemos todas las cachetadas, siendo que ponemos la señal gratis y corresponde a las provincias y municipalidades hacerse cargo del mantenimiento, operarios y repuestos", se atajó.
Repetidoras huérfanas
Canal 7 genera la señal en Buenos Aires y a través del telepuerto la manda al satélite, que alumbra a todo el país. Pero la bajada de la señal incumbe a las repetidoras y el canal se hace responsable de sólo ocho en todo el país. El resto, 470, quedan a cargo de otros niveles de gestión.
\Por eso, aunque se trata de "un servicio al aire gratuito", como lo describió Bongiorno, a los habitantes del interior les cuesta una suma de sus impuestos nacionales más los locales (provinciales o municipales). Esa situación no pasa inadvertida para la directora provincial de Información Pública, Marta Matteucci, que se remontó a la historia para explicarla.
\"La transmisión de Canal 7 se inició en Rosario en 1958. La repetidora por cable coaxil, que era propiedad del canal, estaba en las instalaciones de Entel (Salta y San Nicolás). Promediando la dictadura, la señal de la ya denominada ATC dejó de emitirse en la ciudad y se desmantelaron los equipos. Más de una década después, la provincia inició las gestiones para que volviera el servicio, pero esta vez le tocó comprar el equipamiento y hacerse cargo de todo: mantenimiento, costos de luz y pago del personal", apuntó.
\"Se trata de un servicio y una emisora que maneja el Estado nacional, de modo que cabría esperar que lo atendiera más adecuadamente", opinó la funcionaria, y agregó: "Por años la provincia trató de mantener un servicio digno haciéndose cargo de todo lo que eso implica, por eso sería interesante que Canal 7 colaborara".
\El desperfecto del equipo de retransmisión en Rosario no es ajeno a esa situación. "Hay una segunda lectura del problema: por qué Canal 7 no aporta algo para renovar un equipo de más de 10 años, considerando que desde hace más de una década la provincia se hace cargo de un servicio nacional, en sustitución de Canal 7".