"Estamos hasta las orejas y no vamos a salir fácilmente porque estamos pagando el hecho de que se adoptó la política de la mentira como política oficial". El consultor internacional Guillermo Nielsen no ahorró definiciones para describir el recorrido de la cadena de la carne argentina desde el optimismo de la apertura de nuevos mercados por el status de libre de vacunación contra la aftosa a la durísima crisis por la que atraviesa el sector.
El marco fue la conferencia "Ganadería, ¿crisis u oportunidad?", que organizó Aprocaboa y el portal agropecuario E-Campo en el stand de la Municipalidad de Rosario durante la Expochacra. Allí, Nielsen compartió el panel con el vicepresidente de la entidad organizadora, Christian Bianchi; el secretario de Agricultura de Santa Fe, Oscar Alloatti, y el gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe, Gonzalo Méndez.
Nielsen trazó un panorama pesimista y duro, cargando las tintas sobre "la fantasía menemista del primer mundo" de que "la Argentina podía ser libre de aftosa sin vacunación". Aquí, algunos párrafos de su conferencia:
- Parecería que en los últimos años en Europa, a consecuencia de la política agrícola común, los excesos llegan a derramarse en la ganadería. Hacia principios de la década del 80 los productores de alimentos balanceados hicieron lobby con éxito para bajar la temperatura a la cual hay que tratar las carnes y los huesos para hacer harina de carne, harina de hueso, harina de sangre, etc.
- El hecho de haber bajado la temperatura con la cual se trataba y se obtenía la harina de carne permitió que una enfermedad de las ovejas se transmitiera al ganado vacuno, a través de las raciones. Esto tardó bastante tiempo en ser detectado. Fue un proceso gradual y tuvo su pico, sobre todo en Gran Bretaña a mediados de la década del 90.
- Esto desató uno de los problemas que nos podría haber dado una ventaja competitiva. Primero: el mal de las vacas locas, según los expertos está sólo en la etapa inicial, las exportaciones europeas de harina de carne han llegado prácticamente a todos los países, no a la Argentina, porque aquí la carne es muy abundante y barata. Entonces no tiene lógica económica importar harinas de carne europeas para hacer raciones. Segundo: después de la Guerra de las Malvinas hubo un embargo a la importación de productos por ambos lados, el argentino y el británico. Esto cortó las exportaciones de reproductores británicos al país, por lo cual, Argentina se ve en una situación bastante única. No hay presencia de las dos fuentes fundamentales de contagio del mal de la vaca loca.
Sueños de primer mundo
- Este contexto era, indudablemente, muy favorable a la Argentina. Se retomó el tema de la aftosa y se lanzó una campaña que decían, era exitosa. Todo el mundo quiso creerlo así. La fantasía menemista del primer mundo tuvo una presencia en la ganadería a través de declarar al país libre de aftosa y sin vacunación.
- Todavía hoy el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos tienen oficinas que operan dentro de Colombia, en la frontera de la aftosa ,para mantener a Estados Unidos sin esta enfermedad. ¿De dónde la Argentina, con la debilidad institucional que tiene, puede declarase libre de aftosa sin vacunación? La irresponsabilidad viene de no haber vacunado, de haber dejado de vacunar. Fue una irresponsabilidad colectiva y dirigencial porque en el Senasa están sentados los representantes de los productores.
- En ese contexto, el gobierno entrante siguió con esa fantasía. La verdad es que hoy estamos hasta las orejas y no vamos a salir fácilmente porque se adoptó una política de la mentira como política oficial. Los certificados argentinos dejaron de ser cuestionables (sobre todo cuando lo que está en juego es la ausencia del mal de la vaca loca).
- Si estamos excluidos de las listas europeas es porque hace poco más de quince días una delegación de técnicos argentinos estuvo en Europa diciendo que no había aftosa. Esta es la factura.
- ¿Cómo hacemos, desde el punto de vista comercial, para volver al gran circuito de las cadenas de supermercados europeos? Cualquiera que tenga experiencia en vender a supermercados sabe que es extremadamente difícil volver a venderles. Un proveedor que desaparece es un proveedor que va a tener que hacer muchísimos esfuerzos para volver. Es peor que no haber estado nunca.