Año CXXXIV
 Nº 49.076
Rosario,
martes  03 de
abril de 2001
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Sigue la investigación por el cautiverio del hacendado de Las Varillas
Un hijo del productor que ganó el Quini negó tener vinculación con el secuestro
José Angel Dolza había señalado que sus dos hijos le debían pedir perdón de rodillas por lo ocurrido. Indicaba así sus sospechas contra ellos. Darío, el menor, afirmó que los medios desvirtuaron lo dicho por el empresario

Un hijo de José Angel Dolza, el empresario cordobés que ganó el Quini 6 y estuvo un día secuestrado, negó haber tenido alguna vinculación con el secuestro de su padre, quien había responsabilizado directamente a sus hijos por el episodio. Darío Dolza, el hijo menor del empresario, desmintió ayer esa acusación y afirmó que las declaraciones de su padre fueron tergiversadas por medios periodísticos que buscan "el doble sentido". En tanto, la policía cordobesa desvinculó de la causa a un hombre sospechado de ser uno de los secuestradores.
En declaraciones al noticiero Telenoche 12, de canal 12 de Córdoba, el hijo menor del empresario desmintió ayer los dichos de su padre. Desde la estación de servicios Shell que éste les compró al ganar el Quini 6, Darío Dolza aseguró que la relación con su padre es "muy cordial" y precisó que en la mañana de ayer él y su hermano estuvieron "tomando mates y charlando" con el empresario.
Dolza había acusado a sus hijos de tener alguna participación en el secuestro en declaraciones a medios gráficos y radiales. Aún así, Darío Dolza negó que esta acusación haya existido. En una breve entrevista, adjudicó los dichos de su padre a "versiones periodísticas que buscan el doble sentido" y descartó cualquier vinculación con el episodio que tuvo a su padre cautivo por 25 horas.
Anteayer, Dolza sorprendió al comprometer a sus hijos en el secuestro. "Esto es cosa de ellos. Tienen que aflojar. Me tienen que pedir perdón de rodillas", disparó. Sin embargo, para Dolza hijo, lo que su padre quiso decir fue otra cosa: "Si mis hijos cometieron algo me tendrán que pedir perdón de rodillas", habría sido, según el entrevistado, la versión original.
Mientras tanto, la policía cordobesa continúa investigando el entorno familiar del empresario. Los investigadores examinan las cuentas bancarias y las situaciones patrimoniales de distintas personas allegadas a Dolza, incluidos sus propios hijos.

La familia en cuestión
La hipótesis familiar es la más firme que maneja la policía y fue reforzada por las declaraciones del propio Dolza, quien anteayer interrumpió todo contacto con la prensa.
La misma actitud asumió desde la mañana de ayer el fiscal de Villa María, Francisco Márquez, quien amparado en el secreto de sumario anunció que no brindaría más información "para no meter la pata" y dio instrucciones en ese sentido a la policía cordobesa.
José Angel Dolza, de 65 años, fue secuestrado el jueves pasado a pocos kilómetros de Las Varillas cuando se dirigía a un campo que posee en La Playosa. Un kilómetro antes del campo lo capturaron unos extraños que simulaban tener descompuesta la camioneta y lo privaron de libertad. Fue liberado 25 horas después, sano y salvo, en la localidad santafesina de San José de la Esquina.
En diciembre de 1997 el empresario ganó 5 millones de pesos en el Quini 6. Con ese dinero compró una estancia que administra personalmente, aunque la registró a nombre de sus hijos Mario, de 30, y Darío, de 36, a quienes compró además una estación de servicios.
Según el empresario, quien se negó a responder si pagó o no un rescate, sus sospechas se basan en que sus hijos podrían estar disconformes con el monto de dinero que les cedió.
La clave del caso parece radicar en el resultado de la pericia sobre las llamadas telefónicas emitidas y recibidas por su familia. "Mis hijos dicen que no recibieron ningún llamado telefónico pidiendo el rescate. Esta semana saldrán las listas de los teléfonos. Esas no mienten. Ahí sabremos cuál es la verdad", enfatizó Dolza.
Al respecto, una fuente policial consignó que nadie pagó el rescate, sino que los secuestradores liberaron a Dolza porque se enteraron de que sus cuentas (400 mil pesos en cuenta corriente y dos millones en plazos fijos) habían sido bloqueadas.



José Angel Dolza (centro) luego de ser ubicado.
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