"A la única raza que vi sola en Isla Margarita fue a los alemanes (sic). Respeto mucho a esa raza, pero son más solitarios. Hasta les saqué fotos por eso. Todos los demás estaban acompañados. Es lógico. Ese lugar es un paraíso de amor". La confidencia corresponde al comisario inspector José Ferrari, titular de la Jefatura Departamental de San Nicolás, a cargo de la investigación desde hace 15 días de la desaparición del empresario nicoleño Enrique Gamerro.
El jefe policial sostiene respecto de la desaparición que cualquier hipótesis es posible. "Hasta ahora no hay nada y cuando no hay nada, cualquier cosa es posible", indicó a La Capital en su despacho.
El método que dijo utilizar para diseñar las hipótesis es "la experiencia", no sólo la propia, sino la de sus colegas. "Se forma una junta con otros jefes y se plantean las posibilidades", explicó. Según el comisario, ninguno de sus colegas tuvo un caso en el que "un empresario con importancia social se haya ido de su casa sin decir nada a nadie. Nunca". En cambio, asegura que él mismo y otro colega debieron participar en investigaciones donde a raíz de un robo matan a una persona y arrojan su cadáver en un sitio difícil de encontrar. "En este caso hay algo que no encaja, y es que el cuerpo a días de la desaparición, no se encontró. Si fuera en otra provincia, del norte, los animales darían la pista enseguida. Pero en esta zona, si tiran un cuerpo al medio de un campo sembrado de soja puede ser difícil encontrarlo", indicó.
A partir de esas dos hipótesis asegura que todo es posible. Ferrari sostiene que de acuerdo a las tareas de rastrillaje efectuadas en la zona que rodea San Nicolás, en las que no se detectaron rastros de la camioneta Land Rover color verde botella que conducía Gamerro, ni su cuerpo con o sin vida, "hay un 95 por ciento de seguridad de que no está en la zona".
Conjeturas
"En estos casos, uno siempre se prepara para lo peor. Si aparece con vida, la policía no tiene nada que hacer, porque en este país irse de la casa no es delito. A lo sumo tendrá un problema familiar. Pero si aparece el cuerpo, de acuerdo a los indicios, la investigación ya está avanzada en diferentes posibilidades e, incluso, tiene sospechosos", aseguró.
Ferrari piensa que Gamerro podría haberse ido por su propia voluntad. Sobre todo a partir del viaje que el empresario hizo a la isla del Caribe entre el 8 y el 11 de marzo, donde según el comisario "todos estaban en pareja". Aunque la policía investiga quién pudo ser la mujer que lo acompañó, Ferrari aseguró que de acuerdo a Interpol, Gamerro viajó solo en el avión y también se registró solo en el hotel. Así que a pesar de la reticencia de la firma hotelera en suministrar información, la policía investiga una nómina de mujeres para determinar si alguna de ellas tuvo relación con el empresario.
Ferrari es hiperactivo y mediático. Durante la entrevista habló permanentemente por teléfono con periodistas locales a quienes puso al tanto de operativos que se estaban realizando en relación a otros casos a su cargo. Sólo se dio dos momentos de relax, en los que se explayó con sus opiniones sobre el avance de la delincuencia a partir de los límites puestos a la policía en defensa de los Derechos Humanos y sobre la corrupción por estas latitudes.
"Si te mataron a tu hija, la degollaron y la violaron, nosotros no podemos hacer nada hasta que no aparezca el cuchillo", sostiene. "¡Guarda! Yo no digo tortura, pero depende a quién (sic). En España lo cuelgan (al sospechoso) de un caño y le tiran de las bolas hasta que diga donde puso el cuchillo, donde el cuerpo. Tener a un tipo sentado acá, sin comer durante 24 horas, y pegarle un par de cachetadas no es tortura", sostuvo el jefe policial.
En este marco, Ferrari afirma que "la policía científica es un invento" que no resulta eficaz para las investigaciones y vuelca su confianza hacia "los métodos tradicionales" de las cachetadas.
Investigador al fin, también es afecto a los planteos: "si comparás a la raza norteamericana (sic) y a la nuestra, ¿cuál de las dos es más corrupta?", dispara. La respuesta fue antropológicamente literal y le causó gracia. El jefe policial sostiene que "a ningún norteamericano se le ocurriría robarle un peso al Estado. Aquí es a quien más se le roba, porque no grita. Acá, si nos dejan, nos robamos hasta los inodoros", afirmó comisario bonaerense.