Cuatro chicas y dos muchachos de no más de 20 años perecieron carbonizados durante la mañana de ayer cuando el automóvil en el que viajaban chocó de frente con un camión en la ruta nacional 11, cerca de Oliveros, y los dos rodados se convirtieron en una trampa mortal de fuego.
La colisión fue tremenda e inmediatamente después ambos vehículos explotaron. Las llamas mataron casi en el acto a seis jóvenes que quedaron atrapados en el chasis y también causaron serias heridas a otros dos que milagrosamente lograron salir a tiempo. Además, el camionero sufrió lesiones de consideración y su vehículo quedó destruido por el incendio.
El accidente causó consternación en la localidad de Maciel, donde vivía la mayoría de las víctimas. La nómina de muertos difundida por la policía es la siguiente: Paola Noelia Polidoro, Florencia Natalia Ugarte, Vanesa Orlandi y Viviana Hernández, todas ellas oriundas de Maciel y cuyas edades no fueron proporcionadas; Javier Quiroga, de 19 años, afincado en Puerto San Martín, y Matías Molaro, de 18 años, quien vivía en San Lorenzo.
Los heridos, en tanto, son: Lorena Soledad Pedante, de 18 años, también domiciliada en Maciel, Sebastián Hernán Ordoñez, de 19, de San Lorenzo, y el camionero Juan Alberto Bastián, de 36 años, oriundo de la provincia de Entre Ríos.
Las víctimas viajaban en un Ford Sierra Ghía color bordó que era conducido por Ordoñez. Unas horas antes, el grupo había estado reunido en el country del Club Red Star de San Lorenzo, festejando el cumpleaños número de 18 de Matías Molaro.
El accidente ocurrió entre las 6.30 y las 7, cuando el coche circulaba por la ruta 11, en dirección sur-norte, con ocho personas en su interior. Por la hora y por la dirección que llevaba el auto todo hace suponer que Ordoñez conducía en dirección a Maciel.
El impacto
El lugar del impacto fue el kilómetro 349, justo en medio del puente que cruza el canal Serodino. A su vez, ese paso se encuentra sobre una curva bastante cerrada de la ruta 11, a tal punto que en ambos extremos hay carteles que indican que la velocidad máxima permitida es de 40 kilómetros por hora. Además, en el acceso sur de la misma curva existe un pianito en el pavimento pintado con rayas blancas que anuncia su proximidad.
Según dejaron entrever peritos de la Unidad Regional X que trabajaron en el lugar de la tragedia, el auto habría golpeado contra uno de los guardarail del puente y ese impacto, aunque pudo ser leve, habría sido suficiente para sacarlo de su carril.
Ese movimiento se produjo mientras por la mano contraria avanzaba el camión manejado por Bastián, un Fiat de cabina frontal con semirremolque y acoplado cargados con postes de madera. El impacto fue de una magnitud tal que el Sierra terminó por incrustarse debajo del camión, por lo que sus ocupantes quedaron aprisionados entre los hierros retorcidos.
Pero lo peor sobrevino instantes después del impacto. Posiblemente una chispa provocada por el roce de la chapa con el pavimento alcanzó el tanque de combustible e hizo estallar al Sierra y luego al camión. "Fue algo automático. Se produjo el choque y enseguida la explosión", contó una fuente policial de Oliveros. El camionero Bastián logró tirarse desde la cabina y así salvar su vida, pero igual sufrió graves quemaduras en todo el cuerpo que motivaron su internación en el Hospital Clemente Alvarez de Rosario.
Parecida fue la suerte que corrieron Hernán Ordoñez y Lorena Pedante. Los voceros consultados ayer calificaron "como un milagro" el hecho que los jóvenes pudieran salir vivos del interior del coche: "presumimos que por el golpe se abrió una puerta y salieron despedidos", indicaron. Igualmente, ambos jóvenes también sufrieron quemaduras y golpes y ayer a la noche permanecían internados en estado reservado en el Sanatorio Regional de San Lorenzo y en el Heca, respectivamente.
"Desgarrador"
Al lugar del accidente acudieron los Bomberos Zapadores de San Lorenzo y efectivos policiales de localidades vecinas. También colaboró personal de Servicios Viales, empresa concesionaria de la ruta 11. Para cuando llegaron los primeros socorristas ya no había nada que hacer. El calor infernal y el humo del incendio hizo imposible el rescate de los seis jóvenes atrapados en el Ford Sierra. Sólo cuando los bomberos lograron sofocar el fuego se pudieron extraer los cadáveres calcinados.
"Fue un panorama desgarrador; algo indescriptible", contó el jefe de la Unidad Regional X, comisario Domingo Chantiri. "Los cuerpos estaban irreconocibles. Además tuvimos que contener a familiares que vinieron de Maciel y San Lorenzo con los nervios propios de la situación", agregó el jefe policial.