Kiruna, Suecia. - La Unión Europea dijo ayer que no aceptaba la posición de rechazo de Estados Unidos al tratado de Kioto sobre reducción de gases contaminantes que provocan el efecto Invernadero. El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo esta semana que el pacto de Kioto de 1997, que propone el recorte de las emisiones de dióxido de carbono para reducir el riesgo del calentamiento de la Tierra, iba en contra de los intereses de Estados Unidos. Su anuncio provocó una cadena de protestas por parte de Europa y Asia.
"Kioto sigue vivo", dijo el ministro sueco de Medio Ambiente, Kjell Larsson, que presidió la reunión de los ministros del ramo de la Unión Europea en Kiruna, una localidad situada a unos 100 kilómetros al norte del Círculo Artico. "Ningún país tiene el derecho de declarar muerto el Protocolo de Kioto", añadió.
Larsson, cuyo país preside en la actualidad la UE, dijo que los 15 miembros del bloque participarán activamente en la defensa de Protocolo de Kioto y que apoyarán una ratificación del plan de acción global en materia medioambiental en Bonn en julio. Larsson calificó de muy preocupante el sentimiento general que había generado la decisión de Bush y dijo que las conversaciones sobre el tema eran muy intensas. Adelantó que la UE ratificará el tratado sin Estados Unidos aunque esperaba que éste país participe en el proceso.
El Protocolo de Kioto pide a los países industrializados reducir sus emisiones de dióxido de carbono en una media del 5,2 por ciento por debajo de los niveles de 1990, para el año 2012.
Estados Unidos es el país que registra las mayores fuentes de dióxido de carbono, los gases contaminantes que muchos científicos consideran causantes del calentamiento de la Tierra. Una misión integrada por la comisaria de Medio Ambiente de la UE, Margot Wallstrom; el sueco Larsson y representantes de Bélgica, que presidirá la UE a partir de julio, viajará a Washington mañana.
El objetivo de la misión de la UE es conocer más detalles sobre las intenciones que tiene Estados Unidos de salirse del acuerdo de Kioto. El grupo viajará también a China, Rusia, Irán y Japón para conocer cómo quieren proceder estos países en las conversaciones sobre el cambio climático y evaluar si ratificarían el tratado sin la participación de Estados Unidos.
El próximo martes está previsto que los representantes europeos se reúnan con Christine Todd Whitman, de la Agencia de Protección del Medio Ambiente; Gary Edson, consejero de Bush en temas medioambientales; y con Richard Armitage, subsecretario de Estado. Además de reunirse con representantes del Senado estadounidense, el miércoles partirán a Ottawa (Canadá) donde se entrevistarán con el ministro canadiense de Medio Ambiente, David Anderson y con otros miembros del gobierno.
Ataque al medio ambiente
Las críticas por la posición de Bush llegan desde su propio país. Ayer, los demócratas lanzaron una nueva descarga en su batalla sobre política ecológica con la Casa Blanca, acusando al presidente de encabezar un ataque contra el medio ambiente a favor de intereses especiales. En su discurso radial de la semana, el gobernador del estado de Washington, Gary Locke, dijo que las regulaciones de protección ambiental están bajo ataque, "y la persona que encabeza eso no es otro que el presidente George W. Bush". "En sus casi dos meses de gobierno, el presidente Bush ha encabezado un tipo de ataque ecológico que nuestro país no había visto en décadas", dijo Locke.\Locke acusó a Bush de estar sacrificando el medio ambiente "por un altar" de grupos con intereses especiales.\Los demócratas en el Congreso y activistas ecológicos sostienen que la Casa Blanca estaba ansiosa por suavizar regulaciones ecológicas que podrían haber resultado costosas para las industrias minera, petrolera y maderera, entre otras. Los legisladores demócratas habían lanzado esta semana una contraofensiva a las decisiones de la Casa Blanca de suspender nuevas y rigurosos niveles al arsénico en agua potable y una prohibición de desechos minerales.\El presidente también dio marcha atrás a una promesa de campaña de limitar las emisiones de dióxido de carbono en las plantas de energía, considerada por muchos científicos como una de las principales causas del calentamiento de la Tierra. Bush también rechazó un tratado internacional para reducir las emisiones de gases de invernadero. "En una ya extensa lista de acciones que dañarán la calidad del medio ambiente, una de las más dañinas fue su reciente anuncio de que retirará las regulaciones que limitan la cantidad de arsénico en el agua que bebemos", dijo Loche en su discurso radial.\El gobernador de Washington agregó que al hacer eso, Bush ignoró un estudio que realizó la Academia Nacional de Ciencias en 1999, según el cual el nivel de arsénico no es ya el adecuado para la protección de la salud pública.