Armstrong. - Sebastián Paoletti y Rosa María Vissani se la pasan sonriendo mientras pasean con papeles por las oficinas de la Municipalidad desde que se puso en marcha un proyecto que les posibilitó a estos dos jóvenes de 30 y 25 años, con una moderada discapacidad, insertarse laboralmente. Esta acción, de neto corte integrador, estimula la responsabilidad de los nuevos trabajadores, a la vez que les permite recibir semanalmente un incentivo económico.
"Estoy ahorrando para comprarme una computadora", dijo Sebastián a La Capital luego de mostrar con orgullo la oficina donde saca fotocopias y hace otras tareas como doblar recibos y poner papeles en sobres, actividades que crecen en complejidad mientras aprende los trabajos municipales que le encomiendan.
Por su parte, Rosa María, que comenzará en estos días a realizar tareas en la cocina de la guardería, no quiere ser menos que su compañero y señala que lo primero que hará con el dinero que cobre será visitar a sus familiares que viven en Córdoba. Rosa, al igual que Sebastián, trabajará cuatro horas por la mañana.
Desde que los alumnos de la Escuela Especial Nº2.100 Gabriela Brimmer forman parte de un proyecto de inserción laboral en la Municipalidad existe en esta ciudad un espacio concreto de integración con quienes presentan una discapacidad.
La alegría de ver el proyecto en marcha es demostrada con mayor vehemencia por las madres de los jóvenes, Nidia Frutos y Delia Saracini. También por el intendente Fernando Fischer y la directora del establecimiento escolar, Mariela Reynoso, quienes fueron los que pusieron en marcha el proyecto de integración del discapacitado.
La iniciativa persigue como objetivos brindar una salida laboral a los alumnos que egresen de la Escuela Nº2.100. En ese espacio laboral el joven podrá lograr un máximo desarrollo atendiendo en forma especial sus gustos y preferencias. Cada alumno tiene une expediente donde consta la evolución de los pasantes.
El proyecto busca -además- comprometer al sector privado, fundamentalmente el comercio y la industria local, para que imiten esta acción y comiencen a ocupar entre el personal de cada una de ellas a chicos que tengan aptitudes para realizar determinadas tareas.
Ambitos de integración
"La sociedad actual no ha desarrollado ámbitos de integración con quienes presentan alguna discapacidad y si bien desde el municipio se ha tratado de contemplar esta posibilidad queda una amplia deuda cuando hablamos de otras discapacidades o de tener en cuenta al discapacitado como un compañero de trabajo", indica la iniciativa.
Para la directora de la escuela especial, la posibilidad que otorgó la Municipalidad de Armstrong significa poner fin a una preocupación del cuerpo docente sobre la salida laboral de los alumnos. "Espero que otros copien esta excelente acción del intendente Fischer", dijo Reynoso.
En ese sentido valoró el trabajo que desempeña la cooperadora de la escuela, debido a que sin ese aporte no se podrían haber construido nuevas dependencias o hacer frente a diversas erogaciones generales a las que está sometida obligatoriamente una escuela de estas características.
Reynoso también comentó que desde el año pasado el establecimiento puso en marcha un servicio de estimulación temprana, que funciona en una dependencia interna del establecimiento, lo que permite potenciar las capacidades. "Desde la creación de la escuela mucho se había evolucionado en la sociedad en cuanto al trato y al reconocimiento de las discapacidades".