Año 49.074
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  01 de
abril de 2001
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Ojos de video. La elegida de la semana
"Los ángeles de Charlie": Las heroínas del glamour
La película adaptó con fortuna la serie televisiva de los años setenta

En larga lista de adaptaciones que el cine hizo de las series de televisión, "Los ángeles de Charlie" fue una de las películas más esperadas de la temporada de verano en la Argentina. La película no decepciona pero tampoco es una obra maestra de la acción. La historia es más o menos del mismo tenor de las que se podían ver en la televisión.
Como en "El mañana nunca muere", uno de los últimos filmes de la saga de James Bond, el villano de "Los ángeles de Charlie" es un magnate de los satélites de comunicación del mundo. El hombre mandó a secuestrar al presidente de una empresa que vende tecnología. La razón del secuestro es hacer que el secuestrado entregue, a cambio de su vida, el máximo secreto de la compañía. Se trata de un dispositivo que es capaz de imitar cualquier voz humana y, por tanto, un arma letal a la hora de vulnerar los sistemas de seguridad que se basan en ese recurso.
Luego de un rodaje con muchas peleas, especialmente por las diferencias de cachet entre las estrellas, la película fue dirigida Leonard Goldberg, quien fue el productor ejecutivo de la serie de televisión. Este hecho sirve para recrear bastante de la magia del programa. Tres bellas chicas (en este caso habría qué preguntarse si Drew Barrymore da el perfil) trabajan para un misterioso personaje, que nunca muestra su cara. El trabajo de las chicas es desbaratar los más ambiciosos planes criminales. En definitiva, ellas salvaron al mundo en más de una oportunidad y lo hicieron, a diferencia de los clásicos héroes masculinos, con mucho glamour.
Como un mensaje curiosamente antibélico, las heroínas de "Los ángeles de Charlie" no utilizan armas. Resuelven todo a golpes de puños y a las patadas. Tampoco descartan el disfraz: se visten de geishas, bailarinas exóticas, corredoras de caballos y alguna otra excentricidad. Demuestran de esa manera que los hombres siempre sucumben al encanto del glamour y que por ello les será muy difícil conquistar el mundo.
Las diferencias entre las chicas -una de las claves del éxito de la serie- están bien manejadas entre la rubia Cameron Diaz y la oriental Lucy Liu. Drew Barrymore no tiene caso y su participación se entiende porque fue la productora de la película y su más fuerte defensora ante las trabas que ponían los estudios para hacer la adaptación.


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