Año 49.067
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  25 de
marzo de 2001
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Resolución por el asalto a una empresa de limpieza de la zona sur
La extraña desaparición de un botín impidió condenar por robo a una banda
Los ladrones fueron detenidos en el lugar de los hechos, pero sólo se pudo acusarlos por un delito menor

María Laura Cicerchia

La Capital
La desaparición del botín de un asalto puede significar, para la Justicia, que los ladrones no llegaron a cometer el robo y deben ser juzgados por un delito menor. Así lo interpretó un juez de Sentencia que juzgó a cuatro acusados de asaltar a mano armada una empresa de limpieza de la zona norte, donde arribaron vistiendo las mismas prendas que el personal. Los asaltantes, las armas y las ropas que vestían al momento del hecho fueron secuestrados, pero no apareció la totalidad del dinero sustraído. Algo que, para sus defensores, evidenció desprolijidades en la actuación policial. Al no aparecer lo robado, los acusados fueron condenados por el delito de tentativa de robo, con penas más bajas que en casos de robos consumados.
El robo cuyo botín se "esfumó" misteriosamente se produjo el 5 de noviembre de 1999. Cuatro hombres armados irrumpieron en la firma Persolimp, situada en Alberdi 186 y dedicada a la contratación de personal para limpieza de edificios. Todos vestían ropa de grafa, similar a la del personal, y gorras con la inscripción de la firma.

Con información
Los ladrones contaban con información de que los trabajadores cobraban su sueldo ese día. El dato era cierto pero por un imprevisto el pago no se produjo, de modo que los ladrones debieron conformarse con desvalijar a los empleados. Los despojaron de dinero en efectivo, relojes y joyas y los encerraron en un depósito.
Sin embargo, el golpe no fue exitoso. La recepcionista de la firma alcanzó a comunicarse a través de un handy con un compañero de trabajo para que alertara a la policía, que llegó casi de inmediato. Los asaltantes se dispersaron en distintas direcciones, pero fueron detenidos. La policía les incautó un revólver cromado calibre 38 y dos pistolas calibre 32 largo, aunque no secuestró el botín. Para los abogados de los acusados, esto fue un indicio de desprolijidad en la actuación policial.
Los detenidos fueron Juan José Díaz, de 34 años; Gabriel Alberto Aguirre, de 35; Ariel Félix Secco, de 36 y Raúl Guillermo Secco, de 31. Todos vestían remeras bajo las camisas de grafa, con la intención de desprenderse de las mismas tras el robo para evitar ser reconocidos. Pero no alcanzaron a hacerlo.
Aguirre fue detenido en el depósito de la firma, donde al llegar la policía se hizo pasar por empleado. Los trabajadores no se quedaron callados y lo delataron. Raúl Guillermo Secco fue aprehendido en Casilda y Avellaneda, mientras se desprendía la camisa de grafa y arrojaba al piso la gorra. A Ariel Félix Secco lo apresaron cuando subía a un taxi en Alberdi y Humberto Primo. A Díaz también lo atraparon en los alrededores.
El caso quedó en manos del juez de Sentencia Nº 2, Antonio Ramos, quien a raíz de la "inmediata presencia policial" y el "éxito en la detención de los responsables", planteó sus dudas acerca de que los acusados hayan logrado desprenderse del botín. Sobre todo porque no pudieron hacerlo con las armas y las prendas, que también los comprometían.
Así, la misteriosa desaparición de los efectos robados puso en duda la existencia del delito y lo llevó a cambiar la calificación del mismo. En lugar de condenar a los imputados por cometer el asalto los sentenció por tentativa de robo calificado, figura que se aplica a robos con armas que no llegan a consumarse. Y los ladrones resultaron con penas menores a las que se impone en casos de robos concretados.
Díaz fue condenado a tres años de prisión condicional. Aguirre a la misma pena, aunque de cumplimiento efectivo por ser reincidente. Raúl Secco a tres años y seis meses, pero como contaba con una condena de tres años en suspenso, el castigo se unificó en seis años. A Ariel Secco le impusieron cuatro años, también por ser reincidente.



Los ladrones vestían las mismas prendas que los empleados.
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