Año 49.067
 Nº CXXXIV
Rosario,
domingo  25 de
marzo de 2001
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El impuesto financiero sigue despertando amores y odios

El economista jefe de Fiel, Abel Viglione, sostuvo que el impuesto a las operaciones de débito y crédito de cuenta corriente "más que un nuevo gravamen es una forma de bajar la evasión impositiva", en tanto que Juan Alemann lo consideró malo, pero necesario.
De este modo, el impuesto del 0,6 por ciento que Domingo Cavallo aplicará a las transacciones de cuenta corriente, pero que se tomará a cuenta del pago de IVA y Ganancias, siguió despertando apoyos y críticas de analistas económicos.
Esta iniciativa encontró durante la semana respaldos y rechazos de economistas, empresarios y banqueros, quienes consideraron la urgencia de recaudación del gobierno, pero advirtieron que perjudicaba a los ciudadanos comunes.
Viglione señaló que el tributo "puede llegar a asegurar unos 2.300 millones de dólares de recaudación anuales" y destacó que "tiene cero de evasión, porque los agentes de retención son los bancos".
Luego indicó que "esta tasa es de fácil recaudación", y puso de relieve que "en Brasil, esta medida se instrumentó con éxito para cerrar la brecha fiscal".
Por su parte, Alemann reconoció que "no es un buen impuesto", pero dijo que "tiene dos ventajas".
"Trae plata enseguida, lo que en situaciones de emergencia es una forma de recaudar. Además, no se puede evadir, aunque sí eludir con endoso de cheques, pero es una posibilidad menor", explicó.
Por último, el economista opinó que "Cavallo haría bien en no aplicar la deducción (de IVA y Ganancias) al principio, porque necesita la recaudación total".


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