Preocupado por la crisis social y convencido de que tiene poco que esperar del gobierno nacional, el flamante secretario de Promoción Social municipal, Miguel Zamarini, dice que si es necesario saldrá a "apagar incendios" en la ciudad. "Ciertas situaciones nos preocupan, sobre todo cuando tenemos la responsabilidad y no damos las respuestas que la gente necesita", admite, lo que lo lleva al plano de la "autocrítica". Se dice que la suya fue una designación "política", y Zamarini asume ese rol. "Voy a caminar los barrios", anuncia, pero advierte que su objetivo no apunta a la búsqueda de votos, sino a atender una situación social crítica. Por eso, anticipa que sus prioridades son implementar rápidamente una "asistencia directa" y convocar a una "mesa de consenso" a todos los sectores que hacen trabajo social en la ciudad. -Su designación se interpreta como un intento por dar un perfil más político a Promoción Social, cuando su antecesora, Elida Rasino, señalaba como logro, justamente, haber despolitizado la ayuda social en Rosario. ¿Qué piensa de eso? -Son interpretaciones de una situación particular, como es reemplazar a una funcionaria que tenía un desempeño impecable y con quien coincido en lo conceptual, aunque luego cada uno le dé su perfil a las tareas. Con Elida comparto el excelente ordenamiento que hizo en la secretaría, porque en los dos últimos años de la gestión de Cavallero se desajustó bastante, a mi entender se trabajó sobre las necesidades de la gente creándole un compromiso, pero no desde la participación, sino con el titular del área. -Concretamente, clientelismo... -Así es, algo que no compartimos el entonces secretario (Oscar) Schroeder ni yo, al punto de que él fue expulsado del gabinete y después vino otro tipo de gestión. A Elida le tocó terminar con eso, reemplazar la olla por los centros de desarrollo infantil y otros programas. Todo eso estuvo muy bien, pero ya se cumplió una etapa y debe comenzar otra. -¿Y cuál es ese giro? -Aún no hablé en profundidad con el intendente, pero en estas horas ya pensé que hay que actuar rápidamente. En primer lugar, voy a llamar a una mesa de consenso a todas las entidades intermedias, la Iglesia, las ONG y los partidos que trabajan en políticas sociales en Rosario, y a los ciudadanos, que hay que ir a buscar urgente a los barrios donde viven. Hay que dialogar con ellos y ver cómo implementamos una asistencia directa. -Uno de sus primeros anuncios fue que iba a "caminar los barrios", un perfil con que se presentó mucho en Rosario la secretaria de Promoción Comunitaria provincial, Roxana Latorre. ¿El municipio lo ve como un avance político que urge recuperar? -Creo que sí, que se quiso avanzar sobre Rosario con una política social que por supuesto no comparto. Pero con Roxana Latorre hay que sentarse a dialogar para ver cómo asumimos colectivamente las responsabilidades. Acá no se trata de disputar terrenos, sino de abrir el juego a todos los partidos de Rosario porque son parte esencial en la tarea de contención. -Pero hay dos escenarios simultáneos: por un lado, la situación social muy grave, que puede llegar a agravarse por el contexto nacional, y por otro la proximidad de las elecciones. ¿Esta movida de gabinete no responde también a eso? -Ambas cosas son a tener en cuenta. Como socialistas, la cuestión social es nuestro mayor compromiso. Ciertas situaciones nos preocupan, sobre todo cuando tenemos la responsabilidad y no damos las respuestas que la gente necesita, eso nos obliga a una autocrítica. Digo: hasta acá fue una etapa y ahora empieza otra. Hay que asumir la situación muy tensa que vive nuestra gente hoy, pero además, ¿qué esperamos del modelo imperante? Nada, personalmente no más que agudización de la situación. No espero que el gobierno nacional ayude porque sus políticas son contrarias a mi pensamiento en políticas sociales. -Pero usted integra la Alianza... -Soy parte de ella y avalo su programa, pero no ya de este gobierno que a todas luces abandonó ese compromiso, más aún con Economía, que no va a dar respuesta a lo social. En particular, con la provincia nuestra obligación es acordar. -¿Cifra más expectativa en el diálogo con la oposición? -Es una cuestión geográfica. Rosario está en Santa Fe y el gobierno de Reutemann también debe responsabilizarse de lo que pasa acá. No para avanzarle el terreno a Rosario, sino para acordar. Estoy dispuesto a hacerlo en pie de igualdad, no para competir, sino para dar respuesta. Esa es una sensación que tuve en el Concejo cuando los ediles se enteraron de que me iba, hubo una gran alegría y muchos me dijeron: "No te olvides de trabajar juntos como hasta ahora" o "Me vas a atender". Y lo voy a hacer. -¿Eso puede querer decir "tirame unas cajas por acá" o "apagame un incendio por allá"? -Es que la situación es tan grave que pretender resolverla sólo desde la misma secretaría es no admitir que la misma situación te va a superar. Hay que sumar a todos los sectores, sobre todo a los muy postergados, y esos requieren una ayuda directa. Es ahí donde pienso actuar de forma inmediata. -O sea, si hay que apagar incendios los va a apagar. -Así es, pero desde la tranquilidad que me da saber que la secretaría funciona impecablemente. Corro con esa ventaja, pero con un diagnóstico social sumamente crítico que ya percibía como concejal cuando la gente venía a reclamar cosas y que incluso me tocó afrontar reemplazando al presidente del cuerpo. Entonces conté con el apoyo de los presidentes de todos los bloques, por eso ahora quiero actuar del mismo modo. -¿Con qué va a contar para encarar esa ayuda directa? -Como Promoción Social y Salud tienen la mayor parte del presupuesto municipal no puedo esperar más dinero, pero sí le puedo pedir al Concejo que para encarar esta ayuda directa me ayude a pensar en nuevos recursos: o generamos alguna renta desde allí o salimos a pedirla al sector del poder económico de la sociedad. Con estos lineamientos económicos dudo de que Rosario reciba algo. No estoy diciendo "acá vienen tiempos electorales y voy a buscar votos para nosotros"... -¿Cree que el intendente no lo pensó al hacer los cambios? -El sabe que va a haber elecciones y va a tener un plebiscito. Pero darle un cariz más político a Promoción Social no significa salir a buscar votos, lo desmiento categóricamente: los sectores que hoy tienen demandas no especulan con que sea este intendente el que les dé respuesta, quieren que la política se las dé, sea quien sea. Otros intendentes trabajaron mucho en los barrios y en el voto la gente no los respaldó. Distinto es Servicios Públicos, que sí se va a reflejar en el resultado electoral si no se da respuesta al tema del transporte: eso lo sabe también el intendente y por eso hace cambios ahí. Ahora, por supuesto que voy a respaldar la gestión y si esto reporta votos mejor, pero el objetivo no es ese, sino atender a una situación que no da para más. No hay que permitir que esto estalle, porque el día que estalla la gente ya perdió su esperanza, su voluntad y no hay más camino. Lo vimos en el 89 y nadie quiere llegar a eso. S.D.
| |