Un barco pesquero ruso que desde diez años permanecía abandonado en la escollera sur del puerto marplatense y un pequeño remolcador, se desprendieron de sus amarras y recorrieron casi mil metros a la deriva hasta que chocaron entre sí, lo que motivó que este último se hundiera.
El insólito episodio ocurrió a última hora de antenoche cuando el abandonado y precario pesquero ruso Tolhuin 6327 se soltó de sus amarras, al igual que un pequeño remolcador de una empresa privada, supuestamente debido al fuerte viento que imperaba en la zona.
Ambos recorrieron casi 700 metros por las aguas del puerto local, y terminaron chocando violentamente entre sí, lo que generó, pasadas las 23 el hundimiento del remolcador junto al espigón 4, según confirmó el prefecto principal, Roberto Pérez, jefe de operaciones de la Prefectura.
En el momento del incidente, se abatían fuertes vientos en el lugar, lo que habría ocasionado que las embarcaciones se desprendieran de sus respectivas amarras. El remolcador hundido pertenece a una empresa privada y estaba en reparaciones en una pequeña escollera lindante al Club Náutico de Mar del Plata. Los constantes golpes que recibía del barco ruso junto al espigón cuarto terminaron por hundirlo.
Ayer otro remolcador con cables extensores intentó retirar al Tolhuin de esa ubicación para trasladarlo nuevamente al muelle de buques inactivos, aunque las tareas se dificultaron por las condiciones climáticas reinantes en la ciudad que obligaron al cierre del puerto desde el pasado miércoles.
Según anunció Pérez, en la actualidad permanecen veintiséis buques inactivos en el muelle 7, una cantidad inferior a la registrada antes de las tareas de reflotamiento y desguace realizadas hace dos años.
Naves abandonadas
Este hecho es una derivación de lo que suele ocurrir con los barcos que al ser sancionados por alguna irregularidad y ser llevados a puertos, los propietarios prefieren dejar abandonado la embarcación antes de pagar las multas y los derechos de muelle. En muchos puertos del litoral Atlántico quedan amarrados por años con resultados negativos para la zona.
Consultado acerca de las tareas para retirar el remolcador hundido, Pérez indicó que cuando las condiciones del tiempo lo permitan, comenzarán a trabajar los buzos de la delegación para constatar los daños en el casco y proceder a las tareas de reflotamiento para liberar el lugar, aunque no obstaculicen la navegación ni la operatividad del puerto.
Así como en este caso se soltó el buque de su amarre, en otros la oscilación de las naves a raíz de la marea y el oleaje va erosionando los muelles hasta dañarlos gravemente.
Al soltarse el buque ruso abandonado, de inmediato se solicitó la asistencia del remolcador Vengador, para devolver a los dos buques a su apostadero original. Pero, debido a los fuertes vientos imperantes anoche, este tercer buque sufrió una avería en la bomba refrigeradora del motor principal, debiendo abandonar sus tareas.