La Argentina de las últimas semanas no tiene nada que envidiarles a las novelas basadas en los avatares de una típica nación sudamericana. Se ha comprobado que sin decisión y coraje político las técnicas económicas no son suficientes para resolver una situación conflictiva que puso al país al borde del abismo. El fracaso de la Alianza de gobierno por su excesivo internismo y la incapacidad de liderar procesos políticos fueron la conjunción explosiva que virtualmente fracturó al gobierno a poco más de un año de haber asumido. La presencia de Domingo Cavallo no es casual. Superó la etapa de los planes económicos hechos en laboratorios pero ajenos a la realidad y demostró que, al menos, tiene iniciativa y decisión política para enfrentar la situación. Sin embargo, el radicalismo lo mira con desconfianza. Pero, ¿qué diferencia ideológica profunda hay entre Machinea, López Murphy y Cavallo, formados en una misma escuela de pensamiento? Ninguna, sólo la iniciativa y el olfato político para actuar en el momento justo. Aunque parezca increíble, la dificultad de pensar más allá de las propias narices parece ser uno de los males nacionales. El presidente De la Rúa escucha a un entorno áulico reducido que lo ha llevado a cometer una torpeza tras otra. Lo asesoran sus hijos, uno de los cuales seguramente adquiere agudeza política cuando acompaña a una cantante latina por su giras internacionales. Chacho Alvarez renuncia a la vicepresidencia pero no tolera estar afuera de la política. Sacó a sus hombres del gobierno cuando López Murphy lanzó el plan, después apoyó a Cavallo y finalmente pretendió volver al gabinete. Se lo ve mejor como profesor de historia. Raúl Alfonsín es otro exponente del sainete. Se hace recibir en Ezeiza por Sourrouille y Brodershon, dos nombres asociados a la hiperinflación de su gestión. Va a la Casa Rosada a retar a De la Rúa por la designación de Cavallo, virtualmente pasa a la oposición y deja al peronismo más cerca del gobierno que la UCR. Todos le reconocen a Alfonsín su protagonismo en la historia argentina por consolidar la democracia tras la peor y más sangrienta dictadura argentina. Pero, ahora, le haría un favor a la República si dedica su tiempo a dar conferencias en el exterior sobre esos difíciles años. Los senadores de la Nación sospechados de haber cobrado una coima para votar una ley deberán analizar la que les envía Cavallo para intentar sacar al país de la recesión. ¿Tendrán autoridad moral para oponerse? El juez que los absolvió renunció y le cuesta justificar su patrimonio. No se trata sólo de un ropero -como en otros casos- sino de valores mucho mayores. El dirigente "rebelde" Hugo Moyano todavía no explicó para qué se reunió con el secretario general de las Fuerzas Armadas en medio de la crisis política. Al menos, hasta ahora, no se sabía que los soldados voluntarios estén sindicalizados como para justificar ese encuentro. Moyano no levantó la huelga del miércoles pasado pese a que los motivos que la provocaron -el ajuste de López Murphy- ya habían desaparecido. No reaccionó a tiempo, como tantos otros en este país. Los quinientos empresarios y banqueros que hace menos de una semana aplaudieron a rabiar a López Murphy en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires ya están pidiendo perdón. Encerrados en sus propios pensamientos fueron los únicos en este país que apoyaron al ahora ex ministro. Una muestra palmaria de cómo se puede estar tan lejos de la realidad. Más que una novela, tal vez sea esta una historia completa de desaciertos, mezquindades y autismo de gran parte de la clase dirigente argentina.
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