Año CXXXIV
 Nº 49.066
Rosario,
sábado  24 de
marzo de 2001
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Estruendo en la Terminal por el conflicto de Ablo

La rutina de la zona aledaña a la Terminal de Omnibus Mariano Moreno se vio alterada ayer por el estruendo de bombas y el ruido de redoblantes. Eran nada menos que los empleados de la empresa Ablo, quienes mantienen un prolongado conflicto en reclamo el pago de los haberes de enero y febrero, y parte del aguinaldo.
La protesta incluyó la instalación de una improvisada carpa en el sector oeste de la Terminal, donde solicitaron -como lo vienen haciendo- la colaboración del resto de los choferes en una vaquita.
Hugo González, delegado de Ablo ante la Unión Tranviarios Automotor, se mostró confiado en que la semana entrante la Secretaría de Transporte de la provincia resuelva la caducidad de Ablo para la posterior adjudicación del servicio a otra u otras empresas que puedan absorber al personal. Se sabe que dos conocidas firmas, General Urquiza y Almirante Brown, están interesadas en explotar los recorridos de la empresa en crisis, pero se debe obtener la venia judicial.
El caso Ablo está en manos del porteño Juzgado Civil y Comercial de la 11ª Nominación. Mientras tanto, las negociaciones en la Secretaría de Trabajo de la provincia fueron infructuosas y la empresa no abonó las deudas salariales.
En otro orden, se hizo evidente el deterioro de las unidades, largamente denunciado por los choferes, quienes se negaron a seguir prestando el servicio por cuestiones de seguridad. Al menos tal era el estado de las dos unidades pertenecientes a la firma que se usaron para restringir el tránsito en la calle interna de la Terminal.
El conflicto en la Ablo estalló el 7 de marzo, cuando los choferes decidieron parar los servicios que la empresa cubre con destino a Buenos Aires y a Córdoba. El reclamo era principalmente salarial, pero además sirvió para mostrar a la prensa las falencias de las unidades: gomas lisas, carrocería deterioradas y motores emparchados desfilaron ante cámaras y flashes.


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