Año CXXXIV
 Nº 49.063
Rosario,
miércoles  21 de
marzo de 2001
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La indefensión del sur santafesino se acrecienta con la crisis política
Lejos de las decisiones que marcan el rumbo del país, las comunas ya no saben cómo contener los efectos del ajuste

Silvia Carafa

Firmat. - Con sus arcas debilitadas por la baja recaudación y tras importantes recortes para adecuar sus administraciones a los fondos disponibles, jefes comunales del sur provincial coinciden en que son ellos quienes deben contener a los excluidos del modelo económico. Es que día a día quienes quedan sin trabajo tienden a golpear las puertas municipales en busca de una changa que les permita subsistir. Y quienes no llegan a tocar fondo de esa manera, tampoco puede lograr cumplir con las obligaciones tributarias locales.
Aunque el escenario de las decisiones políticas y económicas aparece distante, las comunidades del interior no son ajenas al malestar general. Y por más que sus protestas no suelan llegar a las primeras planas, en estos días el tema es la crisis. Como si en tantas localidades no tuvieran además que lidiar con las inundaciones, otro mal trago sin contención.
El intendente justicialista de Rufino, Gustavo Deheza, calificó a la situación como "gravísima" para las pequeñas poblaciones. "Las medidas económicas impactan sobre las provincias y por ende sobre los municipios, cuyos roles fueron cambiando en los últimos años porque, además de los servicios públicos, debemos subsidiar la salud, la educación y el desempleo", aseguró.
Para Deheza, la crisis enciende un alerta total ya que es "imposible" que el país esté sometido a los planes del FMI, "cuyos aprietes se trasmiten, a través de las provincias, desde la Nación hasta los pueblos más chicos, que absorben el costo social. En Rufino -dijo- el municipio invierte recursos propios como los planes de trabajo rotativo, además recortar severamente los gastos. "Antes había más de 200 planes Trabajar. Hoy hay sólo cinco y el resto debemos afrontarlo nosotros", ejemplificó.
Para el mandatario rufinense el sacrificio no es equitativo ya que la carga sólo recae en los pequeños contribuyentes frente a los grupos económicos, que están exentos. "Son los pequeños comerciantes e industriales quienes aportan a los municipios porque las concesionarias o prestadoras de servicios, casi monopólicas, están exentas. Hay mucho dinero que se va del mercado de nuestros pueblos", acotó.

Situación inédita
"Estoy muy preocupado porque la situación nacional es gravísima e inédita, estamos ante una crisis terminal que repercute en las comunidades del interior", advirtió el intendente radical de Firmat, Carlos Torres. Eventuales recortes desde la Nación hacia las provincias resentirían a su vez la coparticipación, de la cual vive la mayoría de las pequeñas localidades.
"Para nosotros un recorte sería terrible porque estamos manteniendo un equilibrio inestable a pesar de que hicimos un gran ajuste en sueldos y gastos. Cuando se está en una situación tan delicada como la de este municipio, cualquier ajuste desde la Nación o la provincia es terrible", dijo; y acotó que en los últimos meses bajó la recaudación. Entonces es imposible pensar en obras públicas, responder a todos los reclamos, cubrir todas las necesidades de los barrios.
Por su parte, el jefe comunal de Bombal, el justicialista José Saúl Betti, dijo que la gente de su comunidad sigue con atención las noticias y está "preocupada por los desmanejos del gobierno nacional que dan miedo". Sin embargo, sostuvo que la gente "está tranquila en el orden local, tiene confianza en las empresas del pueblo y de la zona".
Betti afirmó que el actual es el peor momento para las comunas y que en los pueblos también se nota como desaparece la clase media. "Se nota en el poder adquisitivo de la gente y en las fiestas populares. Hay un grupo que tiene todo, un grupo estacionario, y los que salieron del sistema que trabajan en changas de la comuna o de otras empresas", indicó.
Para el presidente comunal de Bombal, de la dureza de este modelo "pueden zafar los que pueden exportar, los que tienen prebendas, quienes pagan menos impuestos o reciben subsidios; pero para la gente común todo es más difícil".
"Hay que tener mucho cuidado -añadió- porque va a desaparecer gente del campo que pasará a otras manos que no tiene nada que ver con la producción. La clase media desaparece en desmedro de otra clase desconocida que son los nuevos mimados del sistema", ironizó.

"Empezar todo de nuevo"
El aliancista Juan Enrique Lombardi, jefe comunal de Santa Isabel, tenía "muchas expectativas en recibir ayudas del gobierno nacional". Pero ahora tendrá que "empezar todo de nuevo" para ver de dónde podrán las comunas recibir un alivio. "No tenemos posibilidades de sacar plata de ningún lado".
Según Lombardi, las comunas dependen de los gobiernos nacional y provincial. "Nunca llegamos a saber con cuánto vamos a contar a fin de mes, somos los últimos en recibir las porciones de la torta pero somos los primeros que ponemos la cara todos los días delante de la gente", argumentó. Además sostuvo que siente "mucho dolor" frente a la crisis porque siente que no se está encontrando el camino para dar soluciones a los problemas de la gente, que en estos días está preocupada y pendiente de las noticias. "Se percibe que habrá recesión e incertidumbre, además del descrédito de la democracia."


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