La Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios descubrió durante un allanamiento al Banco Mercurio que en la oficina de uno de los directores de la entidad crediticia había una copia de la causa paralela a la que investiga el crimen de Mariano Perel, donde precisamente se solicitaba el procedimiento en la sucursal bancaria, cuyos directivos pudieron conocer las actuaciones antes que se concretaran, según precisaron ayer fuentes judiciales.
A causa de esa irregularidad, la fiscalía a cargo de Maximiliano Rusconi, que investiga delitos económicos derivados del caso Perel, pedirá que se averigüe cómo ocurrió la fuga de información, ya que como el procedimiento pudo ser conocido con antelación, se encontraron computadoras que no tenían información.
También se tratará de determinar de dónde se originó la presunta fuga de información. "Es muy subjetivo que en el allanamiento al banco -realizado el viernes último- se encontró una copia de la denuncia de la fiscalía en la cual estaba el pedido de allanamiento del banco", dijeron las fuentes.
"Entonces, una medida que debía ser sorpresiva, no tuvo nada de sorpresa. Y cuando se hizo el procedimiento, encontramos computadoras prácticamente vacías de información", agregaron las fuentes. El hallazgo de la copia de la causa, en una oficina del banco, se hizo constar en las actas del allanamiento.
Además, en las próximas horas, la fiscalía recibirá dos discos rígidos de computadoras de Perel que pueden contener información sobre lavado de dinero y otros ilícitos tributarios.
Mariano Perel, de 55 años, y su esposa Rosa Golodnitzky, de 49, aparecieron asesinados el 4 de febrero pasado en un apart hotel de la localidad balnearia de Cariló.
Del análisis de documentos y de un instructivo de Perel se inició una causa paralela que encabeza el fiscal Rusconi, a cargo de la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios y Contrabando (Ufitco). Esa investigación involucra, entre otros, a organismos y funcionarios públicos, como la Dirección General Impositiva (DGI), la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side), y el banco Mercurio en el que Perel trabajó.
Presuntos movimientos en negro
El viernes pasado, la fiscalía a cargo de Rusconi y personal de Delitos Complejos de la Policía Federal allanó el Banco Mercurio, en un operativo que se extendió durante cinco horas, y que fue ordenado por el juez federal Claudio Bonadío. Durante el allanamiento a la entidad dirigida por Jacobo, Mauricio y Daniel Benadon, se secuestraron distintos documentos.
Los directivos del banco fueron denunciados la semana pasada por asociación ilícita y cohecho y ahora se trata de determinar si la entidad realizaba movimientos de dinero en negro, y si se pagó un soborno para que no los investigaran.
Entre 1996 y 1997 el Banco Mercurio empezó a ser investigado por presuntos giros indebidos al exterior y fraude millonario. La causa se basaba en un cruce de denuncias entre los Benadon y Perel, que integraba el directorio.
El allanamiento al banco, seguido atentamente por uno de los abogados de la entidad, León Arslanián, había despertado expectativas en el círculo de la investigación, debido a que la búsqueda enfocaba a documentos del período 1996-1998, sospechados de haber "desaparecido". La Justicia ya había investigado presuntos giros indebidos al exterior y fraude millonario de unos 200 inversores, entre los que se encontraban empresarios y funcionarios.
Asimismo, se descubrió que en el banco funcionaba un sistema de comunicación satelital conectado con Uruguay para concretar las supuestas "operaciones negras" que ahora vuelven a caer bajo la mira judicial. Pero en esa causa, Perel y los directores del banco fueron sobreseídos.