| | Los veteranos siguen vivos y se divierten
| Para no perder la costumbre, Aerosmith se convirtió en el gran show de la noche, tanto en el escenario como en las plateas. La banda liderada por los llamados "gemelos tóxicos", el cantante Steven Tyler y el guitarrista Joe Perry, entró por fin en el Hall de la Fama después de 30 años de éxitos, fracasos, excesos varios y problemas internos. El grupo de Boston llegó a la ceremonia del Waldorf Astoria en plena forma y con un nuevo disco bajo el brazo, "Just Push Play", que ya está trepando en los rankings de todo el mundo con el single "Jaded", otro hit de la factoría de Aerosmith. El histriónico cantante de 52 años hizo de todo: desde contornearse sobre el escenario para mostrar su privilegiada figura hasta pavonearse con su hija, la actriz Liv Tyler, que se hizo famosa cuando apareció en los videos del grupo de su padre. Liv se animó a premiar al bocón Steven con un sugerente beso en la boca.
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