La estación orbital Mir acelera el ritmo de su descenso en medio de la tensa resignación de la Agencia Aeroespacial de Rusia, que desafió ayer a la Nasa norteamericana y decidió que pase lo que pase lanzará al espacio al primer turista sideral, el millonario norteamericano Dennis Tito, de 60 años, que pagó 20 millones de dólares por el viaje. El Centro de Control de Vuelos Especiales (CCVE) informó de que ayer la plataforma descendió 3.500 metros y de que actualmente se encuentra en una órbita de 224,4 kilómetros de altura. La Mir se encontraba a 4,4 kilómetros de la órbita crítica de 220 kilómetros, la altura que se ha escogido como el momento para hundir el ingenio en el océano Pacífico.
La Mir caerá en la madrugada del próximo viernes entre Nueva Zelanda y Chile sobre aguas del Pacífico sur. Según los especialistas, el paso del ingenio espacial podrá verse a simple vista hoy desde Rosario durante unos cuatro minutos desde las 19.41 hora local, sobre el noroeste, si las condiciones climáticas son favorables.
En base a los cálculos de los especialistas en balística, todavía no definitivos porque el ritmo de descenso de la Mir cambia cada día, la plataforma alcanzará su órbita crítica entre mañana y pasado mañana, pero su caída definitiva se producirá pasado mañana.
El hundimiento de la mayor nave espacial jamás puesta en órbita se ejecutará en el curso de un día y en tres etapas, precisó Valeri Lindin, portavoz del CCVE. Según Lindin, los especialistas encenderán en tres ocasiones los propulsores de la nave Progress adosada a la Mir para orientar la caída de la plataforma espacial a una zona en el Pacífico, muy apartada de las rutas marítimas.
Lindin añadió que a partir de este momento, la Mir, con una masa de 137 toneladas, se precipitará rápidamente a través de la atmósfera, donde la fricción la convertirá en una bola incandescente que se podrá observar a simple vista.
Un 20 por ciento de la estación espacial (unas 25 toneladas) caerá en algún punto de un corredor de seis mil kilómetros de largo por 200 de ancho del Pacífico, en tanto que el 80 por ciento restante, compuesto por las piezas más débiles, se incendiará al ingresar a la atmósfera y se convertirá en polvo.
La estación Mir fue construida hace 15 años por la entonces Unión Soviética, pero la disolución del bloque y los graves problemas económicos que afronta la actual Federación Rusa, hacen imposible mantenerla en órbita, ya que no recibe ningún tipo de mantenimiento.
Entre los objetos curiosos a bordo de la Mir que se reducirán a cenizas hay una biblioteca de más de cien tomos, entre ellos la Biblia y el Corán, una filmoteca y una guitarra eléctrica que tocó alguna vez en el espacio el astronauta alemán Thomas Reiter.
También será pasto de las llamas una fotografía de Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia, retrato que lleva más de 20 años en órbita porque fue trasladada a la Mir desde la estación espacial Saliut-7, antecesora a la actual plataforma rusa.
Sin embargo, entre 20 y 27 toneladas de las estructuras más resistentes no se quemarán del todo, sino que se desintegrarán en unos 1.500 fragmentos de hasta 70 kilogramos, que caerán en forma de una lluvia metálica incandescente.
El primer turista espacial
Con el fin de la Mir, la estación espacial internacional (ISS, según las siglas en inglés, o Alfa) se ha convertido en la gran protagonista de la colonización del cosmos en medio de un serio forcejeo entre Rusia y Estados Unidos. La manzana de la discordia es Dennis Tito, un millonario estadounidense que a sus 60 años pagó a Rusia 20 millones de dólares para convertirse en el primer turista espacial de la historia.
Serguéi Gorbunov, portavoz de la Agencia Aeroespacial de Rusia, aseveró ayer que Tito viajará a la ISS a bordo de una nave rusa Soyuz en compañía de dos cosmonautas rusos a finales del próximo abril.
El anuncio de Gorbunov fue la respuesta de Rusia a la decisión de la Nasa de impedir a Tito asistir a sesiones de entrenamiento en el Centro Espacial Johnson, en Houston, Texas. "Dennis Tito, independientemente de los entrenamientos en EEUU, forma parte de la tripulación de la nave Soyuz TM", recalcó el portavoz.
Gorbunov añadió que los cosmonautas rusos Talgat Musabáyev y Yuri Baturin, quienes rehusaron asistir a los entrenamientos en solidaridad con Tito, recibieron órdenes desde Moscú de continuar las prácticas en el centro estadounidense.
La Nasa, la Agencia Espacial Europea, además de Japón y Canadá no están de acuerdo con la presencia de turistas civiles en la primeras etapas de la construcción de la estación Alfa y han pedido a Rusia que al menos aplace el vuelo de Tito. Para las autoridades estadounidenses, la presencia de Tito en la ISS "representa una carga adicional para la expedición y va en detrimento de la seguridad de la estación".