Carlos Cano, hasta el momento el único imputado en la investigación por los asesinatos de tres pescadores en Reconquista, fue procesado por el juez de instrucción Jorge Galbuceras y en caso de que ese fallo quede firme podría ser condenado a reclusión perpetua. Cano, de 19 años, está considerado como uno de los autores materiales de la denominada masacre del Biguazal, ocurrida a principios de enero pasado en la cual fueron ultimados tres pescadores que estaban acampando a unos cinco kilómetros del puerto de Reconquista.
El abogado defensor del imputado, Ricardo Degumoy, adelantó desde ya que no comparte la resolución firmada por Galbuceras, pero aclaró que no apelaría esa resolución "por una cuestión de estrategia". El profesional afirmó en cambio que solicitará por pedido de su cliente la implementación de un juicio oral y público en lugar del sistema "escrito" que impera actualmente en la justicia provincial para demostrar la inocencia de Cano.
Degumoy consideró que el episodio investigado "presenta ribetes demasiados importantes y confusos como para un proceso escrito. Creemos que la modalidad oral y pública le imprimirá al proceso una transparencia que no tiene la escrita. Además, creo que mi cliente se beneficiará porque tendrá mayores garantías para su defensa".
Reclaman medidas
El abogado se mostró preocupado por la resolución del juez Galbuceras "porque la investigación no podrá avanzar más. Además, no se tomaron en cuenta ninguna de las medidas que solicitamos. Creemos que Cano es inocente y que las diligencias investigativas no han avanzado en procura de ubicar a otros imputados", confió. Para Degumoy es imposible "que Cano haya actuado solo. Queremos que se siga investigando".
Según indicaron ayer fuentes de Reconquista, si el cargo que se le imputa a Cano quedara firme hasta el día de la sentencia podría ser condenado a reclusión perpetua. "La acusación del juez es grave porque se sospecha que Cano está encubriendo a quienes participaron en el hecho", remarcaron.
Carlos Chano Cano, un cazador que vive en el puerto de Reconquista, quedó involucrado en el triple crimen cuando los investigadores encontraron en su poder el reloj pulsera de uno de los pescadores asesinados. Además, las pericias balísticas dieron como resultado que uno de los cartuchos que fueron encontrados en el lugar del hecho pertenecía a una escopeta suya.
Voceros de la investigación están convencidos de que Cano tuvo algo que ver en la masacre. Las sospechas más firmes son: que fue uno de los autores materiales de los asesinatos; o bien que ofició de lanchero para trasladar a los homicidas hasta el Biguazal. Hasta el momento no hay pistas firmes que lleven hacia los presuntos cómplices del cazador.