Año CXXXIV
 Nº 49.060
Rosario,
domingo  18 de
marzo de 2001
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A 40 años de la fallida invasión a bahía de Cochinos
El día que Castro humilló a la CIA
Insólita cita en Cuba con protagonistas del desembarco, en la que no se tratarán detalles militares ni tácticos

Vivian Sequera

Playa Girón, Cuba. - De demoledora belleza, el paisaje luce como un tentador aviso turístico para la promoción de balnearios caribeños. El mar azul turquesa acaricia con sus oleadas la blanca arena, donde descansan perezosos turistas sorbiendo daiquirís. Son las mismas aguas y arenas que, hace 40 años, sirvieron de escenario a uno de los capítulos más dramáticos de la pugna entre Washington y La Habana: la invasión de bahía de Cochinos. Fueron tres días de combates que culminaron el 19 de abril de 1961 en el estrepitoso fracaso de la invasión y en el bochorno mundial para sus organizadores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU.
Para los locales, la victoria solidificó internamente al gobierno de Fidel Castro, quien -en un discurso pronunciado apenas 24 horas antes de producirse el desembarco en bahía de Cochinos- confesó por primera vez ante el mundo que su revolución, en el poder desde hacia 16 meses, era socialista.
Cuatro décadas después de aquella jornada, Cuba aspira a que varios de los protagonistas retornen, o vean por primera vez, las doradas arenas de bahía de Cochinos: encontrarse para conversar como viejos y respetuosos contrincantes. La lista detallada de invitados, mantenida hasta ahora bajo la usual reserva cubana, abarca desde políticos e historiadores hasta ex funcionarios de la CIA y miembros de la unidad de desembarco. La insólita cita, señalada para los días 22 al 24 de marzo, ha sido organizada por el gobierno en ocasión del 40º aniversario del desembarco. Era la llamada Brigada 2506, de unos 1.500 cubanos anticastristas, entrenados y armados por la CIA, con el propósito de expulsar a Castro, cuyo gobierno izquierdista, a apenas 90 millas de EEUU era visto por Washington como una cabeza de playa de los soviéticos en el hemisferio.
Enclavada en la ciénaga de Zapata, de unos 3.300 kilómetros cuadrados de pantano, la bahía de Cochinos es un remoto paraje de azuladas playas y corales, entre las cuales figura playa Girón. La bahía ubicada a unos 180 kilómetros al sureste de La Habana, está aislada del resto de Cuba por una zona cenagosa, atravesada sólo por dos estrechas carreteras. Fue esa lengüeta de arena donde estuvo el puesto de mando de los anticastristas, y donde cayeron los bombardeos, recuerda el vicepresidente y general retirado, José Ramón Fernández. "Este lugar se llama playa Girón y para nosotros es el símbolo de la victoria", agrega.

¿Maniobra propagandística?
Pero los invitados a la llamada "Conferencia Internacional: Girón 40 años después", no debatirán los detalles militares ni tácticos de la invasión, agrega Fernández, quien encabezó las fuerzas que repelieron el desembarco, y preside el comité organizador del foro. Se busca más bien, añade el veterano de 77 años, intercambiar información, discutir serenamente los antecedentes que engendraron el desembarco, y las consecuencias que el mismo tuvo en las relaciones de Cuba y EEUU.
Otros, sin embargo, ven en la cita "una maniobra propagandística del gobierno de Castro, un intento por dividir a la comunidad cubana en el exilio, un último ¡viva! de un anciano" gobernante, asegura Jaime Suchlicki, director del Instituto para Estudios Cubanos y Cubano-Norteamericanos de la Universidad de Miami. "Para nosotros este 40º aniversario de los hechos de Bahía de Cochinos es un motivo más de ratificar nuestra posición intransigente de no dialogar" con el gobierno de Castro, aseguró, en un mensaje de correo electrónico enviado a la AP desde Miami, la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos, Brigada 2506.
La brigada atribuye la derrota a "aciagas circunstancias" de un plan que comenzó como una típica operación encubierta de la CIA, y que se desarrolló al punto de multiplicar su presupuesto de 4 a 46 millones de dólares, según informes divulgados por la propia agencia.
Cuba también anuncia que divulgará por primera vez documentos secretos sobre aquellos días de abril del 1961 durante la conferencia, que incluirá dos días a puerta cerrada en La Habana y un tercero en la playa. En fotos en blanco y negro, los rostros de algunos de aquellos comandos anticastristas y las escenas de su captura se exhiben en el Museo de Playa Girón, una pequeña galería ubicada a pocos metros de la playa.
La exhibición, abierta desde 1964, muestra también recortes de diarios de la época, textos de discursos de Castro, uniformes de los milicianos cubanos que repelieron la incursión y armamento incautado, como una ametralladora Browning, y un mortero de 81 milímetros.
La entrada está decorada con un avión "Sea Fury", de fabricación inglesa, del piloto Enrique Carrera, considerado aquí un héroe por sus misiones en las que derribó dos B-26 estadounidenses. Sin embargo no hay rastros de otros dos aviadores cubanos veteranos de Girón, el general Rafael del Pino y el coronel Alvaro Prendes, que más tarde desertaron a EEUU.
Sin municiones y el apoyo aéreo norteamericano, pocos miembros de la 2506 lograron escapar, y la mayoría de los comandos fue capturado: más de mil, asegura Fernández. En las playas y sectores cercanos quedaron los cadáveres de más de 250 cubanos: un centenar de los anticastristas y 151 de los milicianos.
Armamento, uniformes de la brigada y dos cadáveres de los comandos enterrados en la orilla, fue lo que encontró Fernández cuando llegó a Girón la tarde del 19 de abril de 1961. Poco más de dos horas después llegaría Castro.
Cuba aspira además a sacarse una espina: por 40 años la derrota de la invasión ha sido atribuida a factores que van desde la incompetencia de la CIA en planear la operación, hasta la negativa del entonces presidente, John F. Kennedy para respaldo aéreo al desembarco, pero nunca se menciona la acción defensiva cubana.



Fuerzas cubanas después de la invasión en abril de 1961.
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