Año CXXXIV
 Nº 49.060
Rosario,
domingo  18 de
marzo de 2001
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Mercados
A río revuelto, ganan la liquidez y los bonos
El paquete de medidas puede no caer bien en la economía real pero les da aire a los papeles bursátiles

Salvador Di Stefano

La llegada de Ricardo López Murphy al Palacio de Hacienda se transformó en un tembladeral, luego de que muchos hombres del propio gobierno se mostraran remisos a aceptar las políticas a aplicar en materia económica. El mercado no reaccionó positivamente luego del lunes 5 de marzo, y a once días del nombramiento del ministro se conocieron los lineamentos de un plan (muy ambicioso) a mediano y largo plazo, que tiene a encauzar el déficit presupuestario.
López Murphy es toda una garantía para los mercados. Asegura que se cumplirán las metas con los organismos financieros internacionales, se honrará la deuda y que se mantendrá la convertibilidad. Todo esto no hace más que asegurar una fuerte suba en los títulos públicos, pero no bien se puso en duda su continuidad, y el apoyo político del presidente, los títulos públicos comenzaron a mostrar una tendencia bajista muy fuerte.
El mercado presionó a la clase política para que acepte los puntos de vista del actual ministro, y para que de una vez por todas ordene las cuentas públicas y haga más predecible el futuro.
En este contexto, las noticias que llegaban del exterior no eran las mejores para apoyar una suba en el mercado doméstico: el índice Dow Jones, el Nasdaq y el S&P 500 se derretían en Estados Unidos. Todos los operadores miran al presidente de la Reserva Federal, y esperan que el martes próximo reduzca una vez más la tasa de corto plazo al 5,0% anual, para de esta forma atemperar la caída en los mercados.
Las 30 empresas que cotizan en el índice Dow Jones tienen una capitalización bursátil de 3.300.000 millones de dólares y una caída del 10% en este índice implica que la pérdida es similar a 1,2 veces el producto bruto interno de la República Argentina.
Sin lugar a dudas que una caída de la bolsa norteamericana genera un efecto pobreza muy grande en los consumidores de dicho país. Al impactar sobre la principal economía del mundo (que representa el 25% del PBI mundial) el fenómeno tiene un efecto recesivo sobre otros lugares del planeta.
Si a todo esto le sumamos la crisis que atraviesa la economía japonesa (que es la segunda economía del mundo) podríamos decir que el contexto internacional nos es muy hostil en la actual coyuntura. En este escenario, lo más beneficioso es la importante baja en la tasa de retorno de los bonos norteamericanos. Los inversores en dicho país, al observar una fuerte caída en el mercado accionario, emprendieron un vuelo hacia la calidad, vendiendo acciones y comprando títulos públicos. Eso llevó a la tasa de retorno de los bonos norteamericanos a 10 años a consolidarse en niveles por debajo del 5% anual.
Esto debería ser un claro beneficio para nuestro país, ya que nuestros títulos tendrían un recorrido a la suba muy importante, si es que las medidas que implementa el ministro de Economía logran reducir el riesgo país. En la actual coyuntura un bono como el Bonte 2005 tiene un rendimiento del 14,4% anual, una tasa que luce exagerada para un país que esta próximo a implementar un duro ajuste en las cuentas públicas y tratando de conseguir el apoyo de los organismos financieros internacionales.
Este título vence en mayo del año 2005 y paga renta dos veces al año en los meses de mayo y noviembre. Consideramos este título una excelente inversión, ya que duplica los rendimientos de las colocaciones a plazo fijo, y es en dólares.
En cuanto a las acciones, no era desacertado pensar que tenían una atraso relativo importante frente a los títulos. En la semana que termina el índice Merval muestra una leve baja y se perfila con un potencial de suba muy importante a mediano plazo.
Los papeles con mayor potencial de mejora son PC Holding, empresa petrolera que muestra una baja relación precio utilidad y que estaría próxima a llevar adelante una asociación internacional. Siderca es una de las siderúrgicas que podrían tener una fuerte mejora en precios, sin descartar el potencial de suba que tienen Siderar y fundamentalmente Acindar, que con nuevos socios y una fuerte reestructuración en marcha, podría constituirse en el papelito del año 2001, si es que llega a buen puerto con su plan de reconversión. Si mejoran los títulos también sería bueno contar con acciones de bancos. Aquí, el Grupo Financiero Galicia es la acción más líquida y conviene empezar a observar al Suquía, que a mediano plazo puede dar sorpresas muy agradables.
En síntesis, un mayor ajuste al gasto público puede no caer bien a la economía real, pero para los bonos y acciones asegura un escenario de solvencia fiscal, que le da más certidumbre a los inversores, y por ende la suba estaría asegurada.


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