Altos representantes de la Iglesia Católica salieron ayer a criticar con dureza las medidas de ajuste anunciadas por el ministro de Economía, Ricardo López Murphy, a las que consideraron "más de lo mismo", y admitieron que "tienen miedo" de que se produzcan estallidos sociales por las "terribles consecuencias" que traerá en las provincias más castigadas por la crisis.
El obispo de Humahuaca, monseñor Pedro Olmedo Rivero, aseguró que el gobierno del presidente Fernando de la Rúa "está en una burbuja, o fuera de la realidad que padece mucha gente, y a cada rato demuestra su debilidad política".
"Esto es un desastre, el gobierno está en manos del área economicista, la más inhumana y sin atisbos de mirar lo social. No conocen, no saben o no quieren ver las necesidades de la gente", disparó el prelado jujeño.
Por su parte, al obispo de Río Gallegos (Santa Cruz), monseñor Alejandro Buccolini reconoció que le "cayó muy mal" el paquete económico anunciado por las nuevas autoridades de Hacienda. "Va en desmedro de los más débiles y necesitados", consideró, tras lo cual pronosticó que el ajuste "sin duda no hará otra cosa que incrementar los ya graves problemas sociales".
Buccolini le reclamó al gobierno que los anuncios de López Murphy "sean repensado globalmente" y le rogó a los integrantes del Congreso nacional que "hagan escuchar su voz y lo frenen para evitar las inevitables consecuencias que traen consigo estas situaciones límite en la población".
No hay proyecto nacional
Luego de fustigar las políticas socioeconómicas del gobierno de la Alianza, el obispo fue más allá al asegurar que "en el país falta poder político y no hay un proyecto nacional; no sabemos a dónde queremos ir. Estos planes son un remedo en una cosa que no está funcionando bien. Un paliativo de línea partidaria que se abandona cuando no se logra imponer", sentenció el prelado austral.
Por su parte, monseñor Bernardo Witte, obispo de Concepción (Tucumán), dijo "no tener casi palabras" frente al plan de López Murphy, aunque estimó que las medidas serán "muy difícil de imponer".
El religioso tucumano consideró que el nuevo paquete económico representa "una amenaza que hace peligrar la paz social de la provincia, que como consecuencia de la aguda crisis, cada día es más difícil de mantenerla".
Los representantes episcopales se manifestaron desconcertados frente a las medidas del titular del Palacio de Hacienda, sobre todo porque significan la "destrucción de la educación pública y no hacen más que seguir respaldando las exigencias de los organismos financieros internacionales".
Los purpurados coincidieron también en que, si bien no lo desean, la efervescencia social es tal que una pequeña chispa puede desatar estallidos sociales.
"Tengo mucho miedo de que haya estallidos sociales en Chaco, Salta, Tucumán y Jujuy, donde las economías regionales están en una crisis irreversible y los gobiernos locales intentan pagar los sueldos como pueden y repartirse las migajas de las políticas sociales", describió Olmedo Rivero.
Ceguera política
El prelado jujeño reiteró que, desde su punto de vista, "la clase dirigente está muy ciega, de lo contrario no queda más remedio que pensar que está gobernando para los grupos económicos, y esto es realmente un desastre".
Estas coincidentes opiniones están en línea con el último documento del Episcopado argentino, en el que los hombres de Iglesia cuestionaron abiertamente la "tiranía de los mercados" y la idea generalizada de que la tarea debe reducirse a que "las cuentas cierren y hacer bien los deberes hacia afuera".