El ministro de Economía, Ricardo López Murphy, pidió a los empresarios que lo ayuden a lograr el apoyo del Congreso y la clase política para la aprobación del paquete de medidas. Ante un auditorio integrado por 500 hombres de negocios que colmaron el salón de actos de la Bolsa de Comercio porteña, el jefe del Palacio de Hacienda cosechó ayer los únicos aplausos y los mejores elogios sobre el plan económico, al que calificó de "moderado".
Luego de hablar durante una hora con banqueros, industriales y otros representantes del establishment, López Murphy se excusó por tenerse que ir "a seguir trabajando" e instó a la selecta platea a presionar a los legisladores para que aprueben las iniciativas que se enviarán al Congreso de la Nación.
La viabilidad política del plan económico fue el centro de las preocupaciones de los hombres de negocios y también de López Murphy. El ministro dijo que le parece "inconcebible" que el gobierno salga "derrotado" en la puja con el Congreso y consideró que gran parte de la suerte futura de las medidas se definirá "en la opinión pública".
El ministro dijo que "cuanto antes salga el apoyo" al programa en el Parlamento "es mejor" y agregó que "sería bueno para la visión internacional la aprobación de la reforma previsional por ley porque daría un grado de certeza, seguridad y funcionamiento institucional de la Argentina muy positivo".
Al referirse al conflicto político desatado en la coalición de gobierno, dijo que "esta semana será compleja y de definiciones" y señaló que "durante el fin de semana el gobierno hará el esfuerzo de reconstituir sus filas en la búsqueda de elementos que permitan su base sustentable".
López Murphy dijo por otro lado que el ajuste reduce de "manera moderada" el gasto público en el corto plazo y señaló que "el programa no es exagerado, ni débil". Señaló que no había espacio "para no hacer nada" dada la situación de fragilidad de la economía argentina. "¿Si no es esto, qué? Lo que no puede ser es que no hagamos nada o buscar un nuevo espacio internacional. Acá no hay que engañarse, el apoyo internacional que conseguimos en diciembre no está para duplicarse. Los argentinos no vamos a tener la posibilidad de que todos los años alguien se haga cargo de nuestros problemas", afirmó.
Entre la concurrencia que escuchó y aplaudió los conceptos del ministro estuvieron entre otros Oscar Vicente (Pérez Companc), Cristiano Rattazzi (Fiat), Enrique Pescarmona (Grupo Pescarmona), Benito Roggio (Grupo Roggio), y Pascual Mastellone (Mastellone). También estuvieron Juan Baustista Peña (Bolsa de Comercio), Manuel Antelo (Renault), Roberto Rocca (Techint), Eduardo Escasany (ABA), Jorge Di Fiori (Cámara de Comercio), Jorge Aguado (Socma) y Enrique Crotto, (Sociedad Rural).
Rattazzi pronosticó que "si la clase política apoya las medidas la reactivación será mucho más rápida de lo que todos piensan". Manuel Sacerdote (BankBoston) planteó: "No había muchas alternativas, dada la presión fiscal que tenemos". Escasany dijo no tener dudas de que "el ajuste del gasto y la baja de impuestos es la fórmula para que la Argentina vuelva a crecer". A Aguado el paquete le pareció "muy serio, razonable, meditado y profundo".
Más locuaz, Pescarmona advirtió que cualquier alternativa a este plan ubicaría a la economía argentina "a niveles similares a los de Cuba luego de la caída del Muro de Berlín".
Una de las ausencias con alto significado político fue la de dirigentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), quienes mantienen una dura posición crítica contra el nuevo equipo económico.
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La Ciudad
