Año CXXXIV
 Nº 49.060
Rosario,
domingo  18 de
marzo de 2001
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Muchos electricistas ofrecen la maniobra, que se concreta puertas adentro
Este verano hizo furor un nuevo tipo de fraude con los medidores de la EPE
La empresa desmiente que sea una novedad, pero admite que la adulteración se lleva un 11 por ciento de la facturación

Silvina Dezorzi

"¿No le interesaría que le colocara un aparatito adentro de su casa para que le venga bastante, pero bastante menos de luz?", pregunta, como al pasar, un electricista que acaba de reparar la aspiradora a su sorprendida clienta. Bajo el verso frecuente de que la maniobra no constituye un fraude para la Empresa Provincial de la Energía (EPE), la oferta viene ganando cada día más clientes en los hogares rosarinos, sobre todo durante los últimos meses, cuando el consumo eléctrico se disparó por efectos del calor. La instalación del aparatito -en rigor, una llave que detiene la cuenta del medidor- se le cobra alrededor de 50 pesos a una vivienda familiar o la mitad del consumo de energía promedio a los comercios. Aunque en la EPE sostienen que se trata de uno de los fraudes clásicos por adulteración del medidor, algo que los inspectores detectan fácilmente, admiten que, sin contar los casos sociales por enganche en las villas miseria de la ciudad, el robo de energía por maniobras fraudulentas asciende al 11 por ciento de la facturación total de la empresa. Un porcentaje nada despreciable.
"Adentro de la casa se pone una térmica, que es como si fuera una llave de luz, y cuando se apaga la térmica se apaga el medidor", explicó un experto en estas artes de adulteración cuando se le exigieron detalles previos a la contratación del servicio. La aclaración viene a cuento porque en este tipo de maniobras se trata de "no tocar directamente el medidor", lo que deja imaginar mayores dificultades para su detección por parte de los inspectores de la EPE.
"Técnicamente funciona así: al medidor de la luz entran el positivo y el negativo, pero con la térmica se toma el negativo de otra parte, y entonces el medidor sencillamente deja de contar", detalló el electricista.

Rebusques nocturnos
El truco consiste en no excederse: "Obviamente, a la mañana la térmica tiene que estar prendida porque es el horario en que pasan los inspectores de la EPE, pero se apaga a la noche, que es cuando más aumenta el consumo de electricidad en el hogar, sobre todo si se tiene aire acondicionado", razonó un padre de familia versado en esa clase de rebusques que este verano también decidió correr con los riesgos de la ilegalidad.
Cuando el contrato del servicio se hace vía teléfono los expertos no quieren ni hablar. "Deme su dirección y voy a su casa", dijo con insistencia uno de los electricistas recomendados. Sin embargo, la resistencia de su clienta potencial lo obligó a revelar, al menos, que por 50 pesos llevaría adelante el trabajo. Otros entendidos no tienen precio fijo y cobran la mitad del promedio de facturación, una ventaja cuando el pedido de adulteración es formulado por un negocio.
Quienes ya se sumaron al curro dicen que este caluroso verano la maniobra hizo furor, una estimación que corroboran los electricistas. Sin embargo, desde el área de Disciplina de Mercado de la EPE afirmaron que el índice de fraude histórico, del orden del 11 por ciento sobre la facturación total, no se ha visto abultado por esta nueva maniobra.
"La falta de neutro en el medidor -como se la conoce técnicamente- es una adulteración perfectamente identificada desde hace tiempo y tan habitual como la del puente corrido", señaló el jefe del sector de la compañía, Leopoldo Miranda.
El especialista dio su propia versión de cómo se consuma la maniobra delictual. "El medidor está conectado a la fase y al neutro, y lo que hacen con esta llave es desconectar el neutro del medidor, al que alimentan, cuando quieren, desde un neutro interno", explicó.
Sin embargo, para el ingeniero de la EPE no es demasiado dificultoso detectar el uso del dispositivo aunque esté instalado adentro de la vivienda. "Al hacer una inspección eso salta enseguida: se suspende la alimentación del cliente y se ve si llega la alimentación propia de la EPE al medidor", dijo, y tampoco se privó de advertir que las nuevas tapas con visor que por estos días se encuentra instalando la empresa en la ciudad ponen "automáticamente" en evidencia la adulteración.
"Hoy ya no es necesario estar frente al cliente para saber qué pasa adentro", indicó Miranda, y puso como ejemplo los "sistemas de software, que por diferencias del consumo en los bimestres hacen saltar todo". Las consecuencias no son nimias: si se detecta el hurto, tipificado en el Código Penal, al transgresor le cabe una condena de uno a tres años de prisión.
Conscientes o no de la capacidad de control que invoca la firma, algunos usuarios corren ese riesgo. Y, según juran los electricistas dispuestos a ayudarlos, cada día son más.



Los medidores con visor evidencian la maniobra.
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