Año CXXXIV
 Nº 49.060
Rosario,
domingo  18 de
marzo de 2001
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La vida y las creaciones del director de orquesta
"El mundo de Gershwin": Del ruido de cacerolas a la música

Sobre un rumor de orquesta se eleva sensual, infinito, el glissando de clarinete que abre una melodía de blues. Y ya todos saben que se trata de "Rhapsody in Blue", de New York y de George Gershwin. Pero, ¿quién era el hombre que puso en música el alma de los Estados Unidos? ¿Era un compositor serio o sólo un destacado escritor de canciones? Indagar sobre la vida de este personaje es el objetivo de "El mundo de Gershwin", el libro de Edward Jablonski editado por Adriana Hidalgo y que integra una serie que incluye biografías de algunas de las máximas personalidades de la música como Ravel, Debussy o Mahler.
Como es el estilo de esta colección, el autor recurre a una técnica de relato casi periodística en el cual se suceden en este caso citas de quienes conocieron y convivieron con Gershwin, críticos y artistas, todos articulados de forma tal de que el lector pueda ir armando como en un rompecabezas la personalidad y la vida de este genial músico. El aspecto más interesante de este libro es exponer qué había detrás de este compositor de canciones del Tin Pan Alley que alcanzó la estatura de los grandes compositores de la música occidental.
Gershwin nació en Brooklyn, New York, el 26 de septiembre de 1898 y creció en las ruidosas calles de un barrio pobre. No había antecedentes musicales en su familia, ni tuvo una educación formal, pero bastó un primer contacto con la música para que en su adolescencia se volcara a tocar en cuanto piano le quisieran prestar.
Desdelas calles ingresó a la música por el Tin Pan Alley, que era como se denominaba al barrio de los editores musicales cerca de la calle 27 de Manhattan, un término que traducido literalmente significa "ruido de cacerolas", pero que con el tiempo llegó a ser sinónimo de música popular norteamericana.
Con una formación irregular Gershwin deslumbraba por su toque del piano. Comenzó a escribir canciones para music hall sin demasiado éxito, hasta que una de las estrellas de los años 20, Al Jolson, escuchó "Swanee", una canción condenada al fracaso que en la voz de Jolson vendió más de dos millones de copias fonográficas. Pero el verdadero golpe de suerte se produjo en 1924, cuando el compositor Paul Whiteman arma lo que denominaba "Experimento en música moderna", abriendo paso a lo que se llamaría "jazz sinfónico". En este marco se le encarga una composición y Gershwin sale al ruedo con "Rhapsody in Blue", una pieza escrita para piano, la única que no fue orquestada por él. Esta obra expresa el caos y la vitalidad de la vida moderna. "Trato de expresar la forma en que vivimos", explicó.
El impacto en la escena musical norteamericana de esta obra fue fenomenal, generando tantos elogios como rechazos por parte de la crítica. Gershwin fue acusado de ser un advenedizo que se colaba en el Carnegie Hall, pero lo cierto es que subió a la cresta de la ola de la Gran Manzana. Hacia fin de ese año estrenó su primera y exitosa comedia musical: "Lady, be Good" y a los 25 años ya era mencionado por el New York Times junto a los dos músicos que más admiraba: Jerome Kern e Irving Berlin.
"El mundo de..." explica que Gershwin no estudió música hasta los 13 años, pero fue campeón de patín de la calle Séptima. Le gustaban las cartas y el tenis, y lo apasionaba el box; en cambio, le desagradaban la gente ruidosa, la música dulzona, el ajo y las multitudes (excepto en sus conciertos). Consideraba que el estado ideal era el matrimonio, pero se mantenía soltero porque la muchacha adecuada todavía no llegaba. Podía trabajar en cualquier lado ("Rhapsody in Blue" fue compuesta en tres semanas en un ruidoso departamento de la avenida Amsterdam), y odia el croar de las ranas. Siempre tocaba cuando se lo pedían y era capaz de tocar por horas en el piano para un público de una sola persona o de miles.
A modo de resumen, el compositor Arthur Schwartz dijo que "Gershwin hizo algo que ningún otro compositor había hecho en esa época: expandió los límites de la forma de la canción contemporánea, que era el idioma de su tiempo". Arnold Schonberg, ícono de la música clásica del siglo XX afirmó: "Muchos músicos no consideran a Gershwin como un compositor serio, pero deberían entender que serio o no, es un compositor que hace de la música su lengua materna. Sé que es un artista y un compositor que expresa ideas musicales nuevas, tan nuevas como la forma en que las expresa".
Gershwin muere en julio de 1937 de un fulminante tumor cerebral, pensando que era famoso, rico y hacía lo que más le gustaba, pero se preguntaba por qué no era feliz.
Fotos de una vida, un estilo de escritura semejante a un documental pero en el formato de libro, como un trabajo de investigación que no se llegó a concluir. Esa es la técnica el autor de esta biografía que no pretende serlo. El libro incluye además una selección de textos escritos por el propio Gershwin sobre música, semántica musical, la música folclórica y el jazz, y una cronología comparada de la vida del compositor.
Tras la última página, desde la contratapa, Herbie Hancock dice: "En el jazz hay dos formas básicas: una de ellas es el blues que no fue escrito por nadie en particular pero que forma parte del patrimonio de la cultura negra. La otra la constituyen los cambios rápidos en la progresión de acordes, que resultan fundamentales para la improvisación jazzística. Es interesante que hayan sido creados por George Gershwin, un solo individuo".



Gershwin de pie estudiando una partitura en 1925.
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