Salió un partidazo. En el reinicio de este accidentado Torneo de las Seis Naciones 2001, Francia y Gales disputaron ayer uno de los encuentros más emotivos entre ambas selecciones en toda su historia. Y el triunfo, contra la mayoría de los pronótiscos, fue para los galeses, que de visitante en el mismísimo Stade de France superó al local por 43 a 35 (de los cuales 28 puntos fueron del apertura Neil Jenkins) y lo alejó de la lucha por el título.
El local empezó muy bien y se mostró muy superior en todas las facetas del juego, sólo que no pudo (o supo) concretar las numerosas oportunidades de llegar al try.
Los errores en la primera línea defensiva de ambos conjuntos permitió ver varios tries, de los que sobresalió el del medioscrum galés Rob Howley, tras una escapada desde sus propias 25 yardas.
A pesar de la supremacía francesa, el resultado de la primera mitad no reflejó lo que pasó en el campo de juego, apenas un 19 a 16 a favor del equipo galo.
Este equipo de Bernard Laporte no tiene poder de definición y tampoco parece tener un líder dentro de la cancha, uno que marque los tiempos del partido y conduzca con criterio a sus compañeros. Ha de ser por ello que, a la postre, no se llevó una victoria que parecía segura, sobre todo por el dominio de sus delanteros.
La segunda etapa fue de lo mejor del partido, por lo emotivo, por lo cambiante del resultado y por las numerosas jugadas de peligro para ambos ingoals.
A los 10 minutos Gales se puso 11 puntos arriba, con un Scott Quinnell que resultó imparable en ataque y fue autor de un try y el gestor de otros dos.
La obvia levantada francesa no se hizo esperar, y a los 15 minutos del final el conjunto galo consiguió pasar al frente, logrando mantener la supremacía. No obstante, por propios errores en los últimos metros, y un poco de mala suerte, no pudieron escaparse en el marcador.
Todo lo contrario sucedió con Gales, quien tuvo a un inspiradísimo Neil Jenkins que acertó dos drops claves, el 95% de los penales que pateó a los palos y que coronó su gran actuación con un try en el último minuto de juego, cuando Francia se jugaba a todo o nada y cometió un grosero error en el fondo de la cancha (Phillippe Bernat Salles intentó hacer un sombrerito y se quedó corto, situación que fue muy bien aprovechada por los galeses, que en ese momento estaban presionando la última línea gala).
La conclusión
La potencia del octavo Scott Quinnell, la velocidad y habilidad del medioscrum Rob Howley y la acostumbrada efectividad de Neil Jenkins (autor de 28 puntos) fueron los argumentos de Gales para conseguir su primer victoria en este torneo.