Katmandú. - El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, dijo ayer que no tiene previsto adoptar ninguna sanción contra el régimen afgano de los talibanes por la destrucción de las dos estatuas de Buda de la provincia de Bamiyán. Tras la confirmación de la destrucción de los dos colosos, por parte del director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, el secretario de la ONU sostuvo que "no estoy pensando en ninguna acción punitiva".
Annan recordó que sobre el régimen Talibán ya pesan algunas sanciones, en alusión a las impuestas por ONU para obligar al gobierno de Kabul a entregar al multimillonario saudita Osama Ben Laden. El afgano está acusado de los dos atentados contra las embajadas de Kenia y Tanzania en Estados Unidos, que causaron 224 muertos. Annan, que emprendió el fin de semana pasado una gira por el sur de Asia, se trasladó ayer a Bangladesh, desde donde se dirigirá a la India, la última etapa del viaje.
Los dirigentes del movimiento afgano Talibán rechazaron el lunes argumentos de intelectuales islámicos y protestas internacionales y destruyeron los últimos vestigios de dos antiguas estatuas de Buda para borrar ese pasado cultural del país. El secretario general de las Naciones Unidas dijo el domingo después de reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores del Talibán, Wakil Ahmad Muttawakil, que era demasiado tarde para salvar las estatuas, muchas de las cuales se remontan a siglos antes de la llegada del islamismo, cuando Afganistán era un centro de la cultura budista.
El director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, lamentó que el régimen Talibán no haya tenido en cuenta el clamor internacional ni la opinión de las más altas autoridades religiosas del Islam para retractarse de destruir el patrimonio cultural preislámico. Matsuura dijo que su enviado especial, el diplomático francés Pierre Lafrance, le informó que las estatuas en el centro de Afganistán fueron destruidas a pesar de llamamientos de todo el mundo para salvar los invaluables ejemplos del arte preislámico del país.
Críticas de Pakistán
Sin embargo, el canciller paquistaní Abdul Sattar calificó como "trágico desastre" la destrucción de los Budas, y acusó al mundo de haber he cho muy poco y demasiado tarde para salvar los tesoros históricos. "Toda la comunidad mundial permaneció como espectador pasivo del desastre... del daño irreparable a la herencia cultural del mundo", les dijo Sattar a los reporteros que acompañaron a Kofi Annan en una recorrida a un campamento de refugiados del noroeste de Pakistán.
Los funcionarios internacionales de ayuda confirmaron que las estatuas gigantes, talladas en un risco de Bamiyan, una provincia central de Afganistán, fueron demolidas por soldados del gobernante ejército religioso Talibán, que utilizaron explosivos para terminar con las reliquias del pasado preislámico del país.
Quedaron reducidas a ruinas al pie de la montaña en que permanecieron desde que fueron talladas en los siglos III y V como tributo a Buda, dijo un funcionario de la ayuda internacional.
Se cree que una de las estatuas, de 51 metros, era el Buda más alto del mundo. La otra, de 36 metros, representaba una mujer según los residentes locales, aunque no se hallaron partes del cuerpo. "Esto aislará mas al Talibán de la comunidad internacional", dijo Francesc Vendrell, mediador de la ONU en Afganistán.
La destrucción respondió a una orden emitida hace dos semanas por el líder talibán, el mulah Mohammed Omar, que declaró las estatuas contrarias a los principios del islam.
Sattar dijo que la indignación internacional que causó la orden no fue seguida por una acción. Señaló que sólo un pequeño número de países, incluso Pakistán, enviaron representantes para pedirles a los talibanes que no destruyeran las estatuas.
Una delegación de la Organización de la Conferencia Islámica, de 55 países, trató en vano el lunes en el poblado de Kandahar, en el sur de Afganistán y cuartel general del austero movimiento Talibán, de detener la campaña de destruir todas las estatuas de la nación porque contradicen el islamismo.