Bogotá. - El candidato presidencial colombiano Alvaro Uribe, vetado hace poco por la guerrilla de las Farc, no descartó que el gobierno del presidente Andrés Pastrana y el grupo subversivo lleguen a un "acuerdo electoral" para "imponer" al futuro jefe de Estado. Uribe, que representa a un sector de derecha del opositor Partido Liberal, señaló ayer que ese "acuerdo" se podría presentar para garantizar la continuidad del proceso de paz, que él critica por la falta de resultados luego de más de dos años de conversaciones.
Según Uribe, en lo que resta del gobierno del conservador Pastrana se pueden presentar tres escenarios: que no haya avances en el proceso, que se firme un primer acuerdo serio o que las partes lleguen a un "acuerdo electoral para imponer" a quien debe asumir en agosto de 2002. Hace un año, el director del Partido Liberal, senador Luis Guillermo Vélez, fue el primer dirigente político en hacer una denuncia en ese sentido.
Otro mandato de Pastrana
Vélez no descartó en ese entonces que las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) llegasen a un acuerdo con el gobierno para prolongar el mandato de Pastrana mediante una asamblea constituyente o para apoyar en las elecciones del próximo año a un candidato avalado por ambas partes. Las denuncias fueron rechazadas de inmediato por el gobierno, que las atribuyó a sectores que se oponen al proceso de paz, a pesar de que el Partido Liberal respalda las negociaciones.
La controversia sobre la relación proceso de paz-elecciones empezó el pasado fin de semana, cuando Manuel "Tirofijo" Marulanda, el máximo jefe de las Farc, dijo que los candidatos presidenciales deberían acudir ante él para exponerle sus programas de gobierno. Tirofijo se refirió en concreto al liberal Horacio Serpa, a la independiente Noemí Sanín y al izquierdista Luis Eduardo Garzón, pero vetó a Uribe, al asegurar que "representa al paramilitarismo".
La descalificación del septuagenario jefe subversivo fue rechazada por sectores políticos y sociales, que expresaron solidaridad con Uribe, quien pregona en su plataforma política la recuperación del principio de autoridad del Estado y la lucha contra los grupos guerrilleros, a fin de disminuirlos y obligarlos a firmar acuerdos en una mesa de negociación.
Los candidatos Serpa, Sanín y Garzón descartaron la posibilidad de consultar sus ideas políticas con sectores armados ilegales, mientras que Uribe, con ironía, expresó que el veto le será favorable, pues el electorado podrá darse cuenta de cuál es el candidato al que le temen las Farc.
Varios analistas y políticos han coincidido en que las declaraciones de Tirofijo podrían tener para las Farc un efecto boomerang, pues la candidatura de Uribe se promovería entre amplios sectores de la población que, según encuestas, rechazan el proceso de paz y piden la derrota militar de la guerrilla.