Isidoro Gilbert
El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Ari Fleisher, y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, simultáneamente en Washington y aquí, anunciaron lo que se esperaba hace días: la invitación de George W. Bush a Fernando de la Rúa a visitar la Casa Blanca el 19 de abril. Para el presidente argentino es una oportunidad para poder explicar el sesgo de su política exterior y sobre todo, la difícil coyuntura que llevó a cambiar el timón en el Ministerio de Economía. El objetivo de la Casa Blanca es que la cumbre de Quebec, entre el 21 y el 22 de abril, donde se abordara cómo va el proceso de integración económica, debe ser un éxito del mandatario norteamericano, una fuerte señal de que realmente está interesado en América latina. Mostrar que es distinto a su antecesor, que no pasó de los gestos y para que el Congreso norteamericano, ante las buenas perspectivas, le apruebe todos los instrumentos (el famoso fast track) que necesita para llevar al Alca, de eso se trata, a concretarse antes del 2005, si es posible. Desde que Bush juró como nuevo presidente, sus asesores le propusieron una agenda global para avanzar sobre la concreción del Alca. George W. Bush quería comenzar con el mejicano Vicente Fox, pero para no ofender a Canadá, la serie de encuentros la inició Jean Chretien, primer ministro del vecino norteño de los norteamericanos visitando la Casa Blanca. Cumplido este paso, se realizo en Guanajuato la cumbre mejicano-estadounidense que cumplió su cometido: México tiene el noventa por ciento de su comercio con su vecino, pero el bombardeo a Bagdad, el día de la cita le cayó mal a los mejicanos, a su mandatario en especial. El encuentro aguardado con expectativas es el que protagonizará el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, el 30 de este mes, porque ya se sabe que Brasil tiene sus reservas en cuanto a conformar en los tiempos norteamericanos la integración hemisférica. En lo formal, esa es la posición del Palacio San Martín pero en el corazón del canciller como en el del flamante equipo económico el Alca sería mas atractivo. Es lo que sostiene Chile. El presidente Ricardo Lagos estará el 12 de abril en Washington, una semana antes del evento canadiense, visita que destraba la invitación efectuada a De la Rúa, según una fuente que La Capital consultó en Washington. Ya se sabe que La Moneda dejó a todo el Mercosur con la boca abierta cuando anunció que negociaba un trato por separado para ingresar al Nafta, el sistema integrador de los tres países de Norteamérica, paso que le causó malestar especialmente a los brasileños. Pero Buenos Aires no se quejó en serio, ya que si pudiera haría lo mismo. El comercio del Mercosur será vital para la Argentina por mucho tiempo. La idea de la Casa Blanca es que su inquilino tenga en Quebec un encuentro exitoso, sin manifestaciones hostiles como ha tenido la Organización Mundial de Comercio en Seattle (EEUU) y Praga y que pueden repetirse en la capital argentina cuando entre el 4 y 5 de abril se reúnan los ministros de comercio del hemisferio, para preparar la documentación para Quebec. La CGT del camionero Hugo Moyano y la CTA de Víctor De Gennaro, preparan manifestaciones anti-Alca para esos días. Las fuentes norteamericanas descartaron que el encuentro Bush-De la Rúa provoque alguna sorpresa. Es un gesto del norteamericano, porque la Argentina, entre los países más grandes de América latina, no había entrado en la agenda. El viernes los dos presidentes hablarán telefónicamente, según confió a La Capital una fuente del Palacio San Martín. "Todos tienen que regresar contentos de Quebec", resumió la voz autorizada. El presidente escuchará otra voz interesante: la del italiano Carlo Azeglio Ciampi. Le dirá que Europa es también un palenque donde recostarse.
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