Año CXXXIV
 Nº 49.056
Rosario,
miércoles  14 de
marzo de 2001
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El Concejo sesionó con custodia en Bermúdez
Los ediles pidieron protección a la policía tras una protesta de los municipales. Sin embargo, no hubo incidentes

Capitán Bermúdez. - Un marco de tensión rodeó ayer el inicio del período de sesiones ordinarias en el Concejo de esta ciudad, cuya presidenta, Graciela Maenza, solicitó custodia policial como consecuencia de un nuevo conflicto desatado con los empleados municipales. La sesión transcurrió, no obstante, tranquilamente ya que los trabajadores no concurrieron. Pero el mensaje del intendente Gerardo Carlucci tuvo que ser leído ya que el mandatario no se hizo presente.
Carlucci se disculpó por escrito de no concurrir a la sesión "en virtud de los acontecimientos por todos conocidos". En la carta, leída en el recinto, el intendente consignó que "ayer (por el lunes) se produjo una nueva situación de irresponsabilidad de la mano de quienes, conociendo la situación financiera (del municipio) mejor que nadie y rompiendo acuerdos firmados ante representantes que ellos mismos eligieron, provocaron el caos entre los vecinos que cumplían con sus obligaciones fiscales y para con quienes tienen obligaciones, ya que ellos (por los contribuyentes) son tan patrones de los funcionarios como de los trabajadores".
El mandatario se refirió de esa forma a una nueva toma del municipio que tuvo lugar anteayer por un grupo de 30 empleados. El incidente forma parte del extenso culebrón en el que se convirtió la relación entre la gestión aliancista y el sindicato desde la asunción de Carlucci.
Tras ocho meses de paro, sobre fines del año pasado un acuerdo de convivencia firmado entre la Intendencia, la provincia, la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales provincial (Festram) y la Pastoral Social para normalizar el funcionamiento del municipio. Pese al reclamo por atrasos del personal, el municipio alega que está cumpliendo, ya que el pago se hace en función a lo que recauda.

Pequeño grupo
Carlucci se sigue refiriendo a los empleados díscolos -encabezados por el titular del gremio, Jesús Monzón- como "un pequeño grupo". En el mensaje sostuvo que la ciudad "sufre en forma casi permanente el ataque de un pequeño grupo de violentos que no entiende que los vecinos de Bermúdez deseamos un desarrollo ordenado y pacífico, aspiramos al progreso y a una mejor calidad de vida".
"El eje de nuestra tarea -indicó- es seguir recomponiendo una Municipalidad cargada de vicios, desbordada por las deudas y compromisos". Asimismo, reivindicó la labor de los concejales por la tarea del año pasado, sancionando ordenanzas que "han de ser señeras en la legislación de esta ciudad y seguramente imitadas por localidades vecinas". Entre ellas se refirió a la creación del digesto municipal.
"El 2000 no ha sido un año fácil -señaló Carlucci-, nuestra ciudad lleva años de postergaciones. Este municipio tiene embargado mensualmente a partir de marzo del año anterior una suma mayor a la que debía recibir por coparticiación".
La sesión terminó sin problemas, mientras los empleados se aprestaban a montar una carpa frente al municipio .


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