Carlos Walter Barbarich
Las Toscas. - El subsecretario de Medio Ambiente de la provincia, Lorenzo Domínguez, sostuvo que, si bien la curtiembre Arlei "manipula cromo a nivel industrial y lo vierte al ambiente, está dentro de los parámetros que rige la ley en ese sentido". El funcionario remarcó que "se avanzó mucho en el tema en el último año" y destacó que "se puso en marcha una planta de recuperación de residuos y de tratamientos de efluentes que ha reducido el vertido de cromo a un tercio de lo aceptable según la ley". Para Domínguez, si la empresa "sigue trabajando como hasta ahora, el vertimiento de cromo va a llegar a cero, más allá de que con la puesta en marcha de la planta recuperadora de residuos los niveles de aceptación son más que óptimos". No obstante, el funcionario destacó que "la planta de Arlei tiene dificultadas desde su misma concepción, en lo referido a su eficacia en cuanto a la recuperación de su carga orgánica; pero en el transcurso de este año se va a trabajar en este punto". La fuerte polémica entablada en torno al grado de contaminación que produce la curtiembre Arlei en Las Toscas fue motivo de más de una queja expresada por los pobladores del lugar, al punto tal de que algunos responsabilizaron a esa industria de ser la generadora de focos infecciosos en el hombre que en muchos casos se han traducido en enfermedades terminales. Uno de los mayores problemas que reviste la polémica curtiembre santafesina es la acumulación de metales pesados como el cromo en la superficie ya que hace varios años que viendo siendo depositado en cavas. Sin embargo, Domínguez dijo que "durante este año se hará hincapié en la recuperación de lo que quedó depositado en el suelo durante varios años, así como en el control del vertimiento de metales pesados o de cargas orgánicas", uno de los motivos de las controversias. Otra de las curtiembres objetadas por agrupaciones ecologistas, vecinos y hasta políticos de turno es Sadesa en Esperanza. Precisamente, esta empresa también tiene una sucursal en Las Toscas, aunque en ese caso la curtiembre se realiza al tanino y en un volumen inferior al caso esperancino. "Sadesa Esperanza -explicó Domínguez- está ubicada en esa ciudad desde hace cien años, pero hace cuarenta que viene curtiendo al cromo. No podemos evaluar cuál fue la cantidad de ese metal pesado vertido al ambiente desde 1960. Lo que sí podemos decir es que desde que se inauguró la planta de recuperación posproceso, en 1998, se vienen acumulando barros con contenidos de metales pesados contaminantes". No obstante, el funcionario aclaró que existe la posibilidad de recuperarlos mediante la construcción de un relleno de seguridad industrial que "permita disminuir notoriamente los niveles de contaminación al medio ambiente". En este caso, Domínguez afirmó que hay dos cosas "fundamentales" por hacer: una es el saneamiento de los barros y la otra es la construcción de los rellenos de seguridad industrial para el futuro. "Los plazos perentorios que le pusimos a las curtiembres son de semanas para que trabajen en el sentido pautado por la cartera", señaló.
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