Las tasas de resistencia antimicrobiana de las bacterias del tracto respiratorio continúan aumentando en América latina, según los resultados finales del Programa de Vigilancia Antimicrobiana Sentry (Sentry Antimicrobial Surveillance Program) en los años 1997-1999.
Sentry es el programa líder de seguimiento continuo mundial que ha recogido datos sobre patógenos causantes de enfermedades infecciosas durante tres años (1997-1999). Los nuevos datos revelan una importante información que puede ayudar a los médicos de Latinoamérica a controlar el aumento de la resistencia antimicrobiana.
Los resultados del estudio, que fueron descritos durante la Conferencia Interciencia de Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia (ICAAC), también documentan el aumento en la resistencia de las bacterias a los antibióticos antiguos utilizados comúnmente para el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio (ITR) en América latina, tales como las penicilinas, cerfalosporinas y aún los macrólidos más recientes como la azitromicina y la claritromicina. Las ITR incluyen bronquitis, sinusitis y pneumonía (hospitalaria y adquirida en la comunidad).
Los microorganismos más frecuentemente observados en estas infecciones -y los que encontró el estudio como los organismos más resistentes al tratamiento de antibióticos en América latina- incluyen Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Moraxella catarrhalis, Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Klebsiella spp., y Acinetobacter spp.
"En los tres años de este programa de vigilancia mundial de referencia, hemos identificado consistentemente los países que resultan ser hervideros de resistencia bacteriana, especialmente para las ITR", declaró el doctor Ronald N. Jones, del Departamento de Patología del Colegio de Medicina de la Universidad de Iowa, Estados Unidos, e investigador principal del Programa de Vigilancia Antimicrobiana Sentry.
"Aunque son muchos los factores responsables de esto, los hallazgos también demuestran claramente que los antibióticos antiguos están perdiendo su utilidad en los países de América latina y que se debe aconsejar a los médicos a que consideren las fluoroquinolonas más nuevas y potentes para tratar las ITR comúnmente adquiridas en la comunidad. Entre ellas, nos llamó la atención particularmente la eficacia de la gatifloxacina y de otras fluoroquinolonas nuevas en erradicar casi todas las cepas principales de los microorganismos aislados causantes de las ITR comunitarias", comentó Jones.
Características del estudio
Una de las metas principales del estudio fue reportar la frecuencia y la susceptibilidad antimicrobiana entre las cepas bacterianas aisladas y obtenidas de pacientes hospitalizados con pneumonía en 10 centros médicos ubicados a través de siete países de América latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Uruguay y Venezuela.
Específicamente, entre 5.634 muestras obtenidas de S.pneumoniae, el microorganismo más prevaleciente en las ITR adquiridas en la comunidad, se observaron tasas de resistencia altas en los países claves de América latina. En Argentina, por ejemplo, los niveles de resistencia a la penicilina fueron tan altos como 23,6 por ciento. Brasil mostró tasas similares, con 25,2 por ciento de cepas resistentes. En Chile, la resistencia fue marcadamente más alta (43,1 por ciento). Colombia fue similarmente preocupante, con 45.0 por ciento de resistencia. México produjo las tasas más alarmantes, 65,5 por ciento de cepas resistentes de S.pneumoniae al tratamiento con antibióticos comunes. Por su parte, Uruguay demostró 57,1 por ciento de resistencia y Venezuela produjo una tasa de resistencia del 33 por ciento.
Esto se compara con tasas de resistencia de 37,9 por ciento y 23,6 por ciento en los Estados Unidos y Canadá, respectivamente, una creciente resistencia que se ha documentado bien en los últimos años.
El doctor Jones atribuyó las diferencias en las tasas de susceptibilidad y resistencia antimicrobiana entre los países de América latina a varios factores como son las prácticas de prescripción de los médicos, la disponibilidad y acceso de ciertos antibióticos sin prescripción médica y el grado de infraestructura para el control de infecciones en hospitales y en la comunidad.